Como todas las etapas han venido sucediendo cosas, un día cede uno, otro al siguiente, camino de Peña Cabarga se retira lesionado Igor Antón, la lucha por el podio se expande y se contrae, resulta osado aseverar que la Vuelta será un mano a mano entre el italiano Vincenzo Nibali y el gallego Ezequiel Mosquera en las inéditas rampas de la Bola del Mundo. Pero eso dictó la crono de Peñafiel, un sacrificado ejercicio de potencia durante 46 planos km rodeados de viñedos.

Nibali, siciliano, marcó el mejor tiempo entre los favoritos aun a pesar de un temprano pinchazo mal gestionado por su coche de apoyo, un susto que le abordó junto las viñas donde maduran los caldos prestigiosos de Vega Sicilia.

El 19º transalpino que se viste de líder en la Vuelta –sólo cuatro han vencido la prueba, el último, Marco Giovanetti, en 1990–, ni alimentó dudas ni lamentó el segundo con el que le sancionaron los jueces por salir antes de tiempo.

Tampoco Ezequiel Mosquera, quien voló a más de 50 km/h y se quedó a 18 segundos de Nibali que eran 2 en el primer paso intermedio. "Esperaba perder más", confesó feliz.

Mala crono de Purito

En ese km 15 ya cedía más de un minuto Purito Rodríguez, un líder que comenzó a perder su rojo en una matutina inspección de la etapa donde coincidió la actuación de un campeón mundial y olímpico, Fabian Cancellara, casi de paseo en esta Vuelta. "'Hoy te van a caer minutos’, me dije". Así fue.

Con respecto a Peter Velits, el eslovaco ganador de la etapa –estrena su palmarés y el futuro es suyo– y reenganchado a un podio que tiene a tiro, fueron más de 6. Un mundo: de lo más alto a la quinta posición.

Este jueves, 148 km entre Valladolid y Salamanca. Y ojo al viento.