La sociedad española calificó con un 8 sobre 10 la actuación del equipo olímpico español en Pekín según una encuesta realizada por el Consejo Superior de Deportes (CSD) cuyos datos fueron relevados este sábado por Jaime Lissavetzky, secretario de Estado para el Deporte, durante un coloquio. La política contra el dopaje del CSD, además, mereció una nota del 6,3.

"Cuando hablamos de la situación del deporte español, no debemos caer en la autocomplacencia ni en el pesimismo antropológico. Hemos tenido un año mágico, irrepetible. Hemos ganado la Eurocopa de fútbol después de 44 años; hemos ganado Giro, Tour y Vuelta, Roland Garros y Wimbledon, tenemos al número uno del tenis mundial y hemos visto una actuación excepcional del equipo español en Pekín", pormenorizó Lissavetzky.

Sobre los Juegos Olímpicos, Lissavetzky destacó la actuación de Nadal, del ciclista Samuel Sánchez (campeón olímpico de fondo) y de la selección de baloncesto, que sólo cedió ante Estados Unidos. El dirigente admitió, no obstante, que el equipo olímpico español dio en Pekín "un paso hacia adelante, aunque no el gran salto" y recordó que en competiciones por equipos España fue el primer país de Europa, con tres medallas.

Sombras, pero potencia mundial

"Hubo también algunas sombras", añadió, "como en la natación pura, que no ha avanzado (un solo finalista)" y en cuanto al atletismo dijo que hay un futuro "preocupante pero también esperanzas, como lo refleja el hecho de haber alcanzado 11 finalistas, el mayor número de la historia en unos Juegos".

En la encuesta, realizada en octubre pasado sobre la actuación española en Pekín, el 60 por ciento la considera buena, con una nota mayoritaria de 8 sobre 100. Un 40 por ciento de los encuestados piensa que España estuvo mejor que en Atenas 2004 y sólo el 13 por ciento opina que estuvo peor.

Para ilustrar el buen momento del deporte español, Lissavetzky se refirió a un artículo aparecido en el Financial Times en agosto pasado: "En él se decía que España está a la cabeza del deporte mundial y advertía a los ingleses que debían dar gracias por que España no juegue al cricket, porque de hacerlo también arrasaría".