Una mala pasada

Alonso sólo pudo ser tercero tras tocarse con Massa en la salida de Montmeló; Hamilton es líder del mundial.
El único momento en que Alonso fue primero. (EFE)
El único momento en que Alonso fue primero. (EFE)
El único momento en que Alonso fue primero. (EFE)
Para ganar en Barcelona, Fernando Alonso no tenía más que un camino, superar a Felipe Massa en la salida y tirar millas. El asturiano, que de cobarde tiene poco, se la jugó en la primera curva, pero salió cruz: se emparejó con el brasileño y llegó a meter su coche por delante, pero compartieron un espacio demasiado estrecho; allí no cabían dos y Alonso, con una ayudita de Massa, se fue fuera de la pista.

En la rueda de prensa posterior, uno y otro dieron su versión; Massa, eufórico, Alonso, con media sonrisa más de fastidio que otra cosa. «Yo tomé mi curva por mi lado y aguanté a Fernando», comentó el brasileño. «No tengo nada que criticar a Massa, pero creo que yo llegué por delante en la curva», respondió el español mientras bebía vaso tras vaso de zumo.

Cambio de planes

Cuando regresó al asfalto, el bicampeón mundial era cuarto, con Massa, Hamilton y Kimi por delante. La carrera se le había acabado y tocaba pensar en un plan B para adelantar posiciones, pues el triunfo  ya era imposible.

Alonso optó por cambiar de neumáticos para ganar consistencia con un compuesto más duro, a fin de reducir distancias con Hamilton. Tampoco el plan le fue bien, aunque, por fortuna, no todo iba a salir mal. El Ferrari de Kimi Raikkonen se caló a mitad de carrera (cosas de la electrónica) y el panorama por delante ya no cambió: ganó Massa, frenético en su celebración; Hamilton volvió a quedar segundo, situándose como nuevo líder del mundial, y Alonso terminó tercero y ovacionado por las 140.700 personas que estuvieron en Montmeló, récord de asistencia a un espectáculo deportivo en España.

Especial del gp de España...

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