En la rueda de prensa posterior, uno y otro dieron su versión; Massa, eufórico, Alonso, con media sonrisa más de fastidio que otra cosa. «Yo tomé mi curva por mi lado y aguanté a Fernando», comentó el brasileño. «No tengo nada que criticar a Massa, pero creo que yo llegué por delante en la curva», respondió el español mientras bebía vaso tras vaso de zumo.
Cambio de planes
Cuando regresó al asfalto, el bicampeón mundial era cuarto, con Massa, Hamilton y Kimi por delante. La carrera se le había acabado y tocaba pensar en un plan B para adelantar posiciones, pues el triunfo ya era imposible.
Alonso optó por cambiar de neumáticos para ganar consistencia con un compuesto más duro, a fin de reducir distancias con Hamilton. Tampoco el plan le fue bien, aunque, por fortuna, no todo iba a salir mal. El Ferrari de Kimi Raikkonen se caló a mitad de carrera (cosas de la electrónica) y el panorama por delante ya no cambió: ganó Massa, frenético en su celebración; Hamilton volvió a quedar segundo, situándose como nuevo líder del mundial, y Alonso terminó tercero y ovacionado por las 140.700 personas que estuvieron en Montmeló, récord de asistencia a un espectáculo deportivo en España.
Especial del gp de España...
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