El Eintracht de Frankfurt le ha ganado, contra todo pronóstico, la Copa de Alemania al Bayern de Múnich, en un encuentro que ha tenido una tremenda polémica, ya que en el tiempo de descuento de la segunda parte el colegiado del encuentro, Feliz Zwayer, tomó la decisión de no señalar un claro penalti sobre Javi Martínez, cuando el duelo estaba 1-2 a favor para el Eintracht.

Hasta aquí nada noticiable, dentro de lo que cabe, porque es una situación que se ha repetido en muchas ocasiones en el mundo del fútbol, de no ser porque en la final de la copa alemana entra en juego el VAR. De hecho, el colegiado del encuentro fue advertido de que podía existir la infracción, pero tras consultarlo en el monitor de la línea de banda, tomó la extraña decisión de no señalar la pena máxima.

En ese mismo córner, al que Ulreich, guardameta del conjunto bávaro, había subido a rematar, el Eintracht de Frankfurt, a través de Gacinovic, logró marcar el 1-3 definitivo. La jugada, con el Mundial tan cerca, donde el videoarbitraje volverá a entrar en escena, sin duda traerá cola, porque aunque evidentemente una final de Copa tiene peso mediático, todo lo que suceda en una Copa del Mundo cobra una trascendencia mucho mayor.

Además de la tremenda polémica que provocó que el colegiado decidiera no señalar la infracción, el partido tuvo un enorme componente morboso, después de que Niko Kovac le haya arrebatado el título de Copa al que será su próximo equipo. El Eintracht de Frankfurt quedó muy enfadado después de que el Bayern realizase el anuncio de que contrataba a su técnico, con aún cosas en juego, aunque la profesionalidad del entrenador ha quedado fuera de toda duda.