Sí. Es injusto olvidarse de Salvador Cardona [primer triunfo de etapa, en 1929], de Julián Berrendero, de Vicente Trueba, de Bernando Ruiz, de Federico Martín Bahamontes, de Julito Jiménez, de Luis Ocaña, de Ángel Arroyo o de Perico Delgado... Es difícil obviar los nombres de una larga lista de méritos, gestas y granitos de arena que comenzó [oficialmente] con la aventura de Vicente Blanco, el cojo, aquel botero de Bilbao que no dudó en probar fortuna en 1910. Pero el Tour es otra cosa desde que apareció el navarro Miguel Indurain. Y sobre todo, desde que lo ganó.

De la primera de sus cinco victorias consecutivas –dos de ellas tras ganar el Giro, a lo que aspira Alberto Contador desde mañana mismo– se cumplen esta edición 20 años. Él, siempre discreto, modesto y parco en palabras, fue el impulsor de una revolución deportiva, un estandarte de la época dorada del ciclismo. "¡Veinte años! ¡Cuánto tiempo! Si no es por los vídeos o los recortes de la prensa casi ni me acordaría –bromea con este medio en un acto sobre el colesterol–; de momento tengo frescos los recuerdos y guardo los trofeos y las fotos en casa..., pero no necesito tirar de archivo. Fue una época preciosa para mí. Cumplía el sueño de un chaval. Y hacía vibrar a la afición".

Veinte años atrás quedan aquellas primeras dudas sobre la jefatura de equipo (él o Perico); o el primer aviso contrarreloj en Alençon, donde ganó; o la coronación de amarillo del 19 de julio, en Val Louron, junto a Claudio Chiapucci y tras un ataque en el descenso del Tourmalet. "Mis hijos han visto algo, saben de todo aquello, sí, han visto vídeos y carreras por YouTube. Pero nunca por iniciativa mía", explica.

¿Cuál es el mejor recuerdo? "La primera llegada a París –responde sin pestañear–. Igual la disfrutas menos, porque todo es nuevo, demasiado nuevo. Pero es un día muy intenso, con la sensación de haber cumplido con un trabajo de años . Y el ver a los amigos y la familia", recuerda. "¿Si podría haber seguido? Sí, pero llevaba muchos años en activo. Y cuando has estado al máximo muchos años, para la afición ya no es lo mismo si bajas un peldaño. Si sigues, es para estar arriba. Si no ganas, no vale".

Al pelotón del Tour acuden 26 españoles, repartidos en seis equipos. La mayoría acuden con el Euskaltel (con Samuel Sánchez al frente) y el Movistar (Arroyo, Intxausti). Junto a Contador, Hernández, Navarro y Noval. Flecha y Zandio competirán en el Sky; Zubeldia e Irizar, en el RadioShack; y el Rabobank alineará a Luisle, Barredo y Garate.

El Tour ya está aquí y Alberto Contador, dorsal 1, es el hombre a batir por sus tres victorias –las dos últimas, consecutivas– y su dominio absoluto en las carreras de tres semanas desde que ganó el Tour de 2007. Contador, que llega con dos días de competición tras su éxito en el Giro, aspira a encadenar triunfos en Italia y Francia. Marco Pantani, en 1998, fue el último que lo logró.

A Contador, durante la presentación de los 198 participantes (22 equipos de nueve corredores), un sector del público le abucheó por el asunto del positivo por clembuterol que aún colea. "Tiene derecho a correr el Tour, ha sido absuelto y no veo por qué no podría", indicó Bjarne Riis, su director en el Saxo Bank. "Las sospechas me parecen ridículas –indicó Contador–, nadie ha pasado más controles que yo y en este Tour voy a ser el más controlado".

...Y controlado dentro de las carreteras. Andy Schleck se perfila como su gran rival (que no el único, con Evans, Basso, Wiggins, Gesink...) sobre los 3.420 km de esta edición que homenajea el centenario ciclista de los Alpes (con finales en el Galibier y Alpe d’Huez). Antes, claro, buenos Pirineos. Y antes, mañana, etapa entre el Passage du Gois y el Mont des Alouettes, un final en cuesta previo a la crono por equipos_(23 km) del domingo. Esto arranca.