Una etapa (dos días, por eso de la jornada de descanso del martes) después de ser líder durante una jornada, el francés Tony Gallopin (Lotto) sorprendió este miércoles a los favoritos en la meta de Oyonnax y sumó su primer triunfo en el Tour de Francia, mientras que el italiano Vincenzo Nibali (Astaná) mantuvo el maillot amarillo.

Gallopin, de 26 años, es el último eslabón de una estirpe gala  de ciclistas, hijo de un gregario de Laurent Fignon y sobrino del actual director del Trek. La familia Gallopin conocía muy bien los últimos kilómetros de la etapa, no muy lejos de donde tienen su residencia y el joven ciclista, acompañado de su padre, había venido a reconocerla en varias ocasiones.

"Pocos conocían como yo ese pequeño repecho final que no daba puntos, así que he decidido lanzarme en ese lugar. Los últimos metros se me han hecho eternos", afirmó. Gallopin, considerado una de las promesas del ciclismo francés, apostó por la victoria a falta de tres kilómetros para la meta, cuando formaba parte de un grupo de cuatro ciclistas que tenían una ligera renta con respecto al pelotón.

Entre ellos estaba el eslovaco Peter Sagan, que se relamía ya con su primera victoria sabedor de que era el más rápido de los fugados. El joven francés lo intentó, logró unos metros de ventaja y se lanzó a por la victoria, mientras entre los perseguidores comenzaron a instalarse las dudas.

Al final, Gallopin entró con un metro de ventaja sobre el pelotón, liderado por el alemán John Degenkolb.  En la general no hubo cambios, porque todos los favoritos entraron en el grupo de Nibali, con excepción del portugués Rui Costa, campeón del mundo, que perdió más de un minuto y abandonó el "top ten" de la combinada, en la que era noveno.

Y mención aparte para el joven estadounidense Andrew Talansky (Garmin), uno de los ilustres antes del arranque de la carrera. El último ganador del Dauphiné, lastrado por las caídas, físicamente muy maltrecho, se descolgó del pelotón, esbozó un par de retiradas entre lágrimas y cedía casi media hora en la última parte de la etapa, con peligro de llegar fuera de control. Al final entró en meta con más de 32 minutos perdidos, dentro del tiempo reglamentario. Una lección de grinta, como dicen en Italia al coraje y perseverancia sobre la bicicleta.