Va camino de convertirse en una leyenda sobre las dos ruedas. Toni Bou, a sus 24 años, conquistó recientemente en Francia su quinto título mundial de trial consecutivo al aire libre. Esta temporada se impuso en siete pruebas y ya suma 39 triunfos mundialistas.

El campeonato se decidió en la última prueba. ¿Le sabe mejor así la victoria?

Ganar siempre es complicado, y más si tienes un rival tan fuerte como Adam Raga. Pero sí es cierto que cuanto más te cuesta ganar más lo disfrutas.

Raga le presionó mucho en la segunda parte de la temporada. ¿Temió por el título?

Siempre me he concentrado en cada carrera y no en el título. Pero nunca se tiene todo controlado y siempre hay nervios por si surgen problemas mecánicos, aunque siempre confié en mis posibilidades.

¿Se sigue poniendo nervioso con la experiencia que tiene?

Los nervios se viven ahora de forma diferente. He aprendido a controlarlos en los momentos complicados.

¿Ha pensado alguna vez en correr el Dakar?

Sí. Me haría mucha ilusión y en un futuro me gustaría hacerlo. El problema es que no tengo mucho tiempo libre para prepararme porque nuestro calendario está muy cargado.

¿Hay alguna subida que se le haya resistido?

(Risas) La verdad es que muy pocas. Y te aseguro que he probado con muchas.

¿Le han puesto muchas multas por entrenar por el monte?

Cuando era más joven, sí. Ahora me dejan. Lo que da pena es que el aficionado no pueda disfrutar de la montaña con su moto por culpa de unas leyes injustas. Preferiría que me multasen a mí y no a los aficionados.

Laia Sanz, once veces campeona del mundo femenina, está disputando el Mundial Júnior de Trial masculino. ¿Cree que una mujer puede competir con los hombres en el absoluto?

Laia es una piloto increíble y tiene una técnica envidiable. Para mí es la mejor, y mejor que muchos hombres. Pero aún hay diferencias físicas lógicas que impiden que la mujer pueda competir con el hombre.

En el mundo del motor suele haber muchos piques. ¿Ocurre algo similar en el trial?

En el trial seguramente existan tantos piques como en la Fórmula 1 o en el Mundial de Motociclismo. Lo que no hay es mal rollo. Sí existe rivalidad porque todo el mundo quiere ganar.