El alcalde de Tarragona y presidente del Comité Organizador de los Juegos Mediterráneos, Josep Fèlix Ballesteros, ha anunciado este lunes que los Juegos que debían disputarse en la ciudad del 30 de junio al 9 de julio de 2017 quedan pospuestos hasta 2018, un retraso de un año propiciado por la falta de recursos económicos atribuida a la imposibilidad de concretar las aportaciones con el Gobierno en funciones de España.

Ballesteros, en rueda de prensa en el salón de actos del Ayuntamiento de Tarragona, ha confirmado que tienen el visto bueno del Comité Internacional de los Juegos Mediterráneos (CIJM), que otorgó el evento a la ciudad el 15 de octubre de 2011, para aplazar un año la celebración del evento, que se llevarán ahora a cabo del 22 de junio al 1 de julio de 2018, tras la reunión en Argelia el pasado fin de semana.

"En la reunión con el CIJM de plantean tres escenarios: mantener 2017, prorrogar a 2018 o renunciar a la celebración. La tercera la descartamos absolutamente, tanto el CIJM como nosotros por los compromisos férreos. Tarragona se ha comprometido, quiere cumplir y cumplirá. Pero mantener 2017 tiene muchos riesgos, no es materialmente imposible pero tiene muchos riesgos", explicó Ballesteros en rueda de prensa junto al presidente del COE, Alejandro Blanco.

Además, Ballesteros aseguró que la respuesta del CIJM fue felicitarles y valorar "enormemente" el trabajo hecho hasta ahora. "El CIJM ratifica su confianza en nuestro trabajo, que valora de forma positiva, y nos otorga la posibilidad de posponer los Juegos del 22 de junio al 1 de julio de 2018. La confianza del CIJM está intacta, compartida y ratificada con los máximos responsables de las instituciones que nos acompañan", aseguró.

En cuanto al motivo del aplazamiento a 2018, señaló a la falta de presupuesto -en concreto 3 millones de euros para la piscina y 9 millones para la organización de los Juegos- y al hecho de que España estuviera 10 meses con un Gobierno en funciones con el que no se pudo concretar el pago de la inversión pactada a tiempo.

"Ni en el trabajo hecho ni en la voluntad puesta no solo no hemos fallado sino que ha sido valorado excelentemente por el CIJM y el COE. Hemos hecho lo que había que hacer. Aplazarlos a 2018 no era el escenario que queríamos, pero queremos hacer los Juegos y no fallar a nadie y que Tarragona quede como referencia de los Juegos Mediterráneos. El proyecto no ha fracasado si hacemos unos grandes Juegos en 2018", argumentó.

"Ratifico al 100% el 'staff' y equipo que ha trabajo en el 2017, de todas las instituciones. Este equipo no ha fracasado, ha fallado que hemos tenido un Gobierno en funciones más de 10 meses y que no ha sido posible concretar estas aportaciones. Ha fallado lo que no dependía de nosotros, que hubiera un Gobierno en funciones, y no nos atribuiremos esa culpa", aseguró en este sentido Ballesteros.

Por su parte, el presidente del COE, Alejandro Blanco, aseguró que en el CIJM y en las federaciones internacionales entendieron la situación de Tarragona. "Todo el mundo entiende la situación por la que está pasando España, un país que lleva 10 meses con un Gobierno en funciones. Siempre digo que Tarragona es un modelo. Para nosotros el gran objetivo es organizar unos grandes Juegos Mediterráneos en Tarragona y por ello todos salen reforzados porque se verán unos grandes Juegos en 2018", auguró Blanco al respecto.

Para los Juegos Mediterráneos de Tarragona se esperan a más de 4.000 deportistas de 26 nacionalidades, con 1.000 jueces y representantes internacionales, un millar de periodistas, 3.500 voluntarios y más de 150.000 espectadores en el total de 16 municipios sede que propone el COJM de, desde ahora en adelante, Tarragona 2018.