El luchador de sumo mongol Asashoryu es en Japón algo así como un Dios. Pese a su 'escasa' corpulencia (1'84 mide y 140 kilos pesa), el yokozuna, o campeón supremo, Asashoryu está a la altura de los grandes luchadores nipones, como el Lobo Chiyonofuji.
El arrogante campeón mongol, sin embargo, no pasa ahora por su mejor momento. Su afición al fútbol le ha creado un buen problema. Hoy fue excluido de los dos próximos campeonatos por haber jugado un partido de fútbol amistoso en su país, con fines benéficos, cuando se había excusado de varios compromisos en Japón alegando una lesión.
La Asociación de Sumo de Japón (ASJ) ha decidido además recortar en un 30 por ciento el sueldo del campeón mongol, que es el primer luchador de sumo de la máxima categoría al que se le rebaja el sueldo en la historia de este deporte.
Asashoryu, cuyo nombre significa "dragón azul del alba", ya ha pedido perdón pero la mancha ahí queda, y en una cultura tradicional como la japonesa y ferviente seguidora del sumo, no será tan fácil quitarla.
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