A unos días de entrar en la treintena, Arpad Sterbik (Serbia, 20/11/1979) estrenó colores y sentimientos el pasado domingo: debutó con la selección española de balonmano.
"Me he sentido cómodo, tengo la fortuna de contar con buenos amigos en la selección y me han recibido muy bien", asegura el portero de origen serbio-húngaro al recordar el amistoso contra Francia (23-23).
Sterbik lució la camiseta de la selección española a la altura de los consagrados David Barrufet y José Javier Hombrados. Sacó un catálogo de paradas y manos imposibles frente a la campeona del mundo y olímpica y despejó el futuro de la portería española tras la retirada del cancerbero del Barcelona.
"Cambiar de club no es como cambiar de país, trato de sentirme español", repetía Arpad antes de su debut. Sterbik decidió hace tres años, uno después de ser elegido el mejor portero del mundo, renunciar a su selección, la serbia. El portero se enfrentó a la federación de su país por el presunto amaño de un partido contra Croacia, no estaba dispuesto a dejarse ganar y prefirió renunciar, "no quería contribuir a eso".
Cansado de descansar mientras sus compañeros juegan Mundiales y Europeos, Arpad, que vive en España desde que en 2004 fichara por el BM Ciudad Real, decidió que defender a la roja era una buena opción, y tiene en el Europeo de 2010 la primera meta para conseguir su sueño con España, "ganar medallas".
¿Y si le toca enfrentarse a sus ex compañeros? "Me sentiré muy raro, no me lo quiero plantear". Hasta que llegue la hora, intenta "sentirme cada vez más español". El vino y la paella le gustan, buen inicio.
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