En dos minutos y medio y al ritmo del tema popular ruso Kalinka, las campeonas europeas se sacudieron los nervios para efectuar los elementos obligatorios, entre barracudas, tirabuzones o piernas de ballet, y sumar 97,667 puntos entre ejecución e impresión general. La mitad de esta nota se sumará a la mitad de la que obtengan en la rutina libre mañana, para conformar la lista de las doce parejas que competirán en la final del día 20 en este almohadillado Cubo de Agua.

Las rusas consiguen un 98,667

Por encima de Mengual y Fuentes, con un ritmo clásico in crescendo y una nota total de 98,667, quedaron hoy una vez más las rusas, actuales campeonas mundiales y olímpicas y que nadan tan pegadas que una parece la sombra de la otra, además de tener una ejecución impecable. El equipo ruso llevaba "escondido" desde hacía meses y no acudieron siquiera a los Europeos de Eindhoven, aunque la impresión de hoy indica que vuelven para llevarse los dos oros en disputa.

Por detrás de rusas y españolas, con un estilo basado en la pureza técnica al que han aportado originalidad progresivamente las japonesas Saho Harada y Emiko Suzuki, que hoy remataron con 96,500 puntos en posición de bronce.

Para ello tendrán que superar, sin embargo, a las gemelas chinas Jiang Tingting y Jiang Wenwen, que terminaron hoy cuartas con 96,167 puntos, pese a un fallo en uno de los elementos y nutriendo la comidilla en los vestuarios de una excesiva generosidad de los jueces con ellas.

Más lejos de la pugna por las medallas se quedó EEUU, país que obtuvo el bronce olímpico en Atenas tanto en dúo como en equipos y que dejó hoy la sensación de no poder revalidar ningún metal, con sus 95,500 puntos. Andrea Nott (que estuvo en Atenas) y Christina Jones lograron buena sincronía y velocidad pero se quedaron muy por debajo del nivel de hace cuatro años.

Mengual y Fuentes saltarán mañana a la piscina con un ejercicio brillante a la par que duro llamado Flama, en el que las nadadoras tienen que efectuar rápidos recorridos e interminables apneas, junto a una original presentación artística, con música de una ópera contemporánea del belga Nicholas Lens.