El Sevilla ya sabe lo que es jugar la Champions: una competición muy exigente en la que los fallos se pagan con goles, y, ayer, los de Nervión lo sufrieron en sus carnes.

Más por su inexperiencia que por otra cosa, el equipo de Juande Ramos dejó que el Arsenal abusara de su estatus continental para obligarle a poner el autobús. Se le puede achacar a la presión que ejerció el centro del campo inglés, pero lo cierto es que el Sevilla se metió atrás desde el primer minuto.

El Arsenal, guiado por el genial Cesc Fábregas, no tuvo que hacer nada espectacular para poner el 1-0: lanzamiento del catalán que pegó en Escudé y despistó a Palop. Así de fácil.

Se atisbó una ligera reacción al final del primer tiempo. Navas y Capel entraron más en juego y dieron una profundidad por las bandas inexistente hasta entonces. Kanouté probó fortuna con un tiro lejano al borde del descanso y se encontró con Almunia.

Todo transcurría igual hasta que Cesc le puso un balón a Van Persie en el saque de una falta que el holandés metió en el fondo de la red. Siguió el Sevilla intentando acortar distancias con la fallidas acciones de Kanouté, Renato y Alves. En el descuento, Eduardo firmó un excesivo 3-0, como no, a pase del omnipresente Cesc.

Tropiezo del Inter

La primera jornada de la Champions 2007/08, que se cerró en el día de ayer, deparó como gran sorpresa la derrota por 1-0 del Inter de Milan, actual campeón del Calcio italiano, a manos del Fenerbahçe turco con un tanto Deivid. En el grupo del Sevilla, el Slavia de Praga venció por 2-1 al Steaua de Bucarest, mientras que también destacó el triunfo del Manchester ante el Sporting de Lisboa por 0-1 gracias al gol de Cristiano Ronaldo, que volvía a la que fue su casa.