Dentro de muchos años, cuando ya no queden en activo ninguno de los jugadores que actualmente lo están, a Sergio Ramos se le recordará por los goles decisivos de cabeza en el tiempo de descuento.

Este sábado, un remate suyo en el minuto 90 le dio al Real Madrid un importantísimo empate en el primer clásico de la temporada, en el Camp Nou. El Madrid había adelantado líneas a la desesperada ante su desventaja y tras un fantástico centro de Modric, al botar una falta, el de Camas remató a la red.

La importancia del gol era capital, puesto que con el empate, los de Zidane salen del Camp Nou con su ventaja de seis puntos sobre el Barcelona intacta.

Pero la leyenda de los goles de Ramos es anterior. Su primer gol fundamental de este estilo fue en la final de la Champions de 2014, en Lisboa ante el Atlético de Madrid. Ganaban los rojiblancos por 1-0 y a la salida de un córner y en el minuto 93, Ramos empataba de cabeza y forzaba la prórroga, en la que los blancos acabarían marcando tres goles más.

Este mismo verano, Ramos hizo lo mismo. Esta vez fue en la final de la Supercopa de Europa, ante el Sevilla en la ciudad noruega de Trondheim. Ganaban los sevillistas 2-1, cuando el central hizo de verdugo de sus excompañeros y marcó, de nuevo en el 93. Y otra vez, en la prórroga el Madrid acabó llevándose el título.

El defensa sevillano, tras el clásico en el Camp Nou, dijo que hasta su gol, el resultado no estaba siendo justo. "Creo que (el gol) era necesario para seguir sumando. El equipo ha hecho un trabajo muy bueno y muy duro por lo que el resultado no era justo", explicó el defensa madridista.

"Es un premio al buen trabajo que hemos hecho desde el principio de temporada. Ahora a pensar en la Champions y después volver a centrarnos en la liga", explicó el de Camas.