Los Hispanos, cuartos en Catar, se complican su clasificación para los Juegos Olímpicos de Río

  • Una victoria le hubiera permitido a España organizar uno de los tres torneos preolímpicos en los que se ponen en juego la clasificación para Río de Janeiro.
  • El panorama pasa ahora por viajar a algún país asiático, donde se organizaría uno de estos torneos y en donde Dinamarca se perfila como uno de los rivales.
  • España cae en la prórroga con Polonia en la lucha por el bronce (29-28).
El jugador de la selección española de balonmano Antonio García se lamenta sobre la cancha después de perder ante Polonia la medalla de bronce del Mundial de Balonmano de Catar 2015.
El jugador de la selección española de balonmano Antonio García se lamenta sobre la cancha después de perder ante Polonia la medalla de bronce del Mundial de Balonmano de Catar 2015.
EFE
El jugador de la selección española de balonmano Antonio García se lamenta sobre la cancha después de perder ante Polonia la medalla de bronce del Mundial de Balonmano de Catar 2015.

La derrota encajada ante Polonia en la lucha por el bronce no sólo evitó que el conjunto español subiese a un podio del que no se había bajado en los dos últimos Mundiales, sino que además encareció de forma notable el camino de España hacia los Juegos Olímpicos de Río.

La selección española, que se hubiera asegurado organizar uno de los tres preolímpicos que darán plaza para la cita brasileña de haberse colgado el bronce, se verá ahora obligada, con casi toda seguridad, a viajar en abril de 2016 a un país asiático para jugar un torneo en el que Dinamarca se perfila como uno de los rivales.

Un duro castigo para un conjunto español, que se quedó sin premio en Catar, tras ser el único de los cuatro semifinalistas que llegó a la lucha por las medallas contando por victorias todos sus encuentros en el Mundial.

Dato que habla del buen hacer de una selección que pese a las dudas iniciales que dejó ante Bielorrusia y Brasil fue mejorando partido a partido hasta llegar a su plenitud con la victoria lograda sobre Dinamarca en los cuartos de final con un gol de Cañellas en el último segundo.

Un choque en el que España, que con la excepción de los Juegos de Londres ha alcanzado, al menos, las semifinales en todos los grandes torneos internacionales disputados desde 2011, evidenció una madurez que hacía pensar que estaba en condiciones de poder apear al gigante francés de la final.

Duelo en el que como se respiraba dentro del seno del equipo español estaba en juego algo más que el pase a la gran final, sino un auténtico cambio de ciclo en el balonmano mundial, tal y como expresó Cañellas al asegurar que era el momento de que España "comenzase a escribir su propia historia".

Un titánico reto que dejó ver como nunca las virtudes y defectos de un conjunto español, que volvió a demostrar que tiene en su defensa y, sobre todo, en su carácter irreductible, en esa capacidad para aferrarse a la pista sean cual sean las adversidades sus principales argumentos.

Pero a España le faltó juego, claridad ofensiva en unos minutos finales de la segunda parte en los que el ataque de los de Manolo Cadenas se excesivamente lento y previsible, lo que facilitó la labor a la fornida defensa francesa y a su portero Thierry Omeyer.

Unos problemas ofensivos que la selección española volvió a evidenciar en la lucha por el bronce con Polonia, otro equipo al igual que Francia poderosísimo físicamente, que se benefició del escaso ritmo ofensivo de los "hispanos", lastrados por el evidente cansancio de piezas clave como Joan Cañellas.

Dos derrotas consecutivas que dejaron a España sin medallas en Catar y que abren un interesante debate, saber si esta selección puede progresar todavía más y retar realmente a Francia o si ha llegado ya a sus límites.

Un debate que ilumina la irrupción de jóvenes como el portero Gonzalo Pérez de Vargas, que en su primer Mundial, fue uno de los pilares del equipo español, o el lateral derecho Alex Dujshebaev, que dejó pinceladas en Doha del enorme talento que atesora.

Jóvenes a los que se unen otros que acaban de alcanzar la plena madurez como Valero Rivera, elegido mejor extremo izquierdo del campeonato, sin olvidar a los Aginagalde, Cañellas, Morros o Guardiola que hacen pensar que este equipo tiene todavía recorrido por unos años.

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