Santiago Echeverría se había convertido en uno de los defensas más solventes del fútbol argentino, hasta que una prueba antidoping le arruinó su carrera. En diciembre de 2017, el ex de Boca Juniors o Huracán entre otros daba positivo por boldenona, una sustancia prohibida. Por entonces era jugador de Independiente de Medellín, en Colombia, y fue inhabilitado por cuatro años.

El futbolista asegura su inocencia, alegando que esa sustancia se utiliza en la carne, especialmente en Colombia, pero nadie le ha hecho caso. Pese a que el Comité Olímpico Colombiano realizó un estudio en el demuestra que ese anabolizante aparece en una de cada cuatro muestras de ganado vacuno (se utiliza para engordar a las reses), la Agencia Mundial Antidopaje es clara: si da positivo, es culpable y por tanto debe ser castigado.

"No soy culpable, no sé qué mas se puede pedir. La ley de la AMA dice que tenés que mostrar cómo te contaminaste y yo tengo lo que piden: tengo el ticket del restaurant, el testimonio del dueño de la parrilla y de mis compañeros. Más demostración que ésta no hay", dijo Echeverría a Olé.

Esas pruebas no le han servido para nada, hasta el punto de que su economía se ha resentido seriamente. Van 14 meses sin trabajar y, por tanto, sin cobrar, por lo que ha pedido en Twitter que le ayuden a encontrar un trabajo que le permita tener un sueldo, aunque sea fuera del deporte.

Echeverria intenta mantenerse en forma entrenándose con Talleres de Escalada, el club en el que se crió futbolísticamente, mientras su caso se resuelve. Pero, de momento, no tiene mucho futuro. "No hice nada y encima se dan el lujo de tratarme como un delincuente. Ni en Inferiores puedo dirigir. Tengo que salir, de la nada, a buscar algo por afuera del deporte", se lamenta.