El exfutbolista Santiago Cañizares, en la actualidad piloto de rallies además de comentarista deportivo en varios medios, ha vuelto a hablar sobre el fatal accidente de automóvil que costó la vida a José Antonio Reyes. En junio, tras el suceso, opinó que no merecía “un homenaje como un héroe” e invitó a reflexionar sobre el exceso de velocidad.

Esta semana Miriam Moya, perito forense especializada en accidentes de tráfico, ha explicado en el programa ‘Espejo público’ de Antena 3 que Reyes no podía circular a 237 kilómetros por hora en el momento del accidente, como se dijo. Los radares de la carretera no detectaron que el coche del jugador rebasara los límites de velocidad y la causa de que el vehículo se saliera de la calzada fue "un contratiempo inevitable" en la rueda trasera derecha.

"Vaya por delante mi profundo pesar por esta tragedia que costó la vida a un magnífico compañero y gran futbolista como José Antonio Reyes. Que por cierto, tiene narices que haya quien lo dude", escribe Cañizares, que recibió numerosas críticas e insultos por sus palabras casi cuatro meses atrás. “Recuerdo, sobre todo para quien solamente haya leído los titulares de los medios, lo que dije o quise decir aquel día en Twitter: 1. Lamento la tragedia. 2. Me da asco la gente que se alegra. 3. El dolor es compatible con la reflexión y aplicar la prudencia en carretera”, prosigue.

“Como piloto de rallies amateur y muy malo, algo he aprendido tras correr más de 100: en las distancias de frenada influyen muchos aspectos que ahora voy a desarrollar, llegando a ser muy difícil dos distancias iguales en el mismo coche, a la misma velocidad y en la misma carretera. Influye la presión del neumático, la temperatura del neumático, el modelo y estado del neumático, el modelo y estado de la suspensión, la temperatura del líquido de frenos, el estado y modelo de pastillas, discos y sistema de frenado, el estado, temperatura, características y peculiaridades del asfalto, la presión con la que se activa el freno, la carrocería y aerodinámica del vehículo, el peso del vehículo... ya paro, que hasta yo me aburro”, comenta.

Por todo ello, Cañizares llega a esta conclusión: “Es muy difícil, extremadamente difícil, y con un margen de error grande, que alguien determine la velocidad. Con lo cual NO me creo ninguna versión; ni oficial, que la desconocemos, ni particular. Y además creo que ya importa poco. Hasta ahora hemos conocido: que circulaba a no sé qué velocidad extratosferica, imposible de avalar con datos y desmentida por la Guardia Civil; qué la velocidad estaba implicada en el accidente sin poder determinarla (versión de la Guardia Civil); qué circulaba dentro de los límites, versión de la perito forense particular, avalada en que no le había pillado ningún radar en su trayecto; y que algo había sucedido en la parte trasera del vehículo, siendo inevitable el accidente. También hay quien reconstruyó la hora de salida, del accidente y sacó la velocidad media. Como veis, en mi opinión mucho humo, nada oficial, y lamentablemente todo inútil salvo para insultar y crear fricción”.