20 minutos entró en su laboratorio móvil de Montmeló y comprobó cómo se miman los 250.000 litros de gasolina que consume al año cada escudería. Hasta 40 controles de calidad son necesarios para dar el visto bueno al combustible que se utilizará en carrera. Lo mismo ocurre con el aceite. Otras escuderías tienen sus propios proveedores: McLaren, el equipo de Fernando Alonso, trabaja con Mobil; Renault, con Elf...
Hay controles ‘antidopaje’
La Federación Internacional de Automovilismo (FIA) analiza la gasolina de cada equipo para que no haya irregularidades, como ocurre en otros deportes con la sangre de los atletas. «Los técnicos de la FIA pueden presentarse en cualquier momento y pedir muestras», aseguran en Shell. La cromatografía de gases sirve para analizar la gasolina, mientras que los lubricantes se someten a rayos X para estudiar su composición metálica.
Precisión una taza de azúcar
El laboratorio móvil de Shell cuenta con equipos capaces de detectar la contaminación equivalente a encontrar una taza de azúcar en el Lago Ness.
Pureza ni un cabello
El combustible debe estar excepcionalmente limpio, por lo que se filtra toda partícula mayor a tres micras ¡veinte veces más pequeña que un cabello!
Conservación mejor en frío
Ocupa menos espacio, genera más potencia y se reposta más cantidad en menos tiempo. La FIA sólo permite enfriarla hasta 10ºC menos que la temperatura ambiente.
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