La imagen de Mohamed Salah retirándose entre lágrimas en la primera parte de la final de la Champions League entre Liverpool y Real Madrid dio la vuelta al mundo. La estrella del equipo de Jurgen Klopp dejó muy preocupados no sólo a los aficionados 'red', sino también a sus compatriotas egipcios, que tienen puestas muchas esperanzas en él para la cita de Rusia.

En el mismo estadio Olímpico de Kiev le hicieron las primeras exploraciones. En su caída con Sergio Ramos, el atacante egipcio se produjo una "subluxación acromio clavicular", por lo que tendrá que estar de baja, según estiman los médicos, unas tres semanas. Eso implica que llegaría muy justo para el primer partido de Egipto en el Mundial, contra Uruguay, el 15 de junio.

El propio Salah ha publicado un mensaje en sus redes sociales para tranquilizar a sus compatriotas. Consciente de la importancia que tiene para el equipo entrenado por Héctor Cúper, ha escrito sus sensaciones. "Ha sido una noche dura, pero soy un luchador. Pese a los augurios, confío en estar en Rusia para haceros sentir orgullosos a todos. Vuestro cariño y apoyo me dará la fuerza que necesito", escribió el delantero.