Ni siquiera un trozo de plátano que se le atravesó en la garganta durante el final del tercer set, ni el gran empeño de su rival fueron suficientes para doblegar la voluntad de Nadal.
El español obtuvo su 56 victoria consecutiva en tierra batida al imponerse a Mathieu (29), campeón junior de este torneo en el 2000.
Un rival nada fácil
No obstante, Nadal tuvo que sufrir demasiado ante un jugador al que había ganado ya en cuatro ocasiones, pero que se multiplicó y a punto estuvo de llevar al español al borde de sus fuerzas.
El manacorense dejó escapar ocho veces su saque, aunque lo robó en ocho, y eso marcó la diferencia.
Pese a todo no fue el mejor partido de Nadal, pues el de Manacor cometió demasiados errores no forzados, y no tuvo la chispa y frescura de duelos anteriores.
Al español le costó entrar en el encuentro, quizás porque era difícil abstraerse de tanta felicitación que ha recibido en su onomástica, o porque el rival le llevó también a situaciones límites.
Lo cierto fue que Nadal sacó el partido adelante a base de pundonor y también de garra.
Hewitt, su próximo rival
Ahora le espera Lleyton Hewitt (14), con el que ha perdido sus tres encuentros, hasta hoy, pero siempre en pista dura: Abiertos de Australia 2004 y 2005, y Masters Series de Toronto en 2004.
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