Rijkaard, más en entredicho que nunca

  • El presidente de Barcelona no entiende que teniendo la mejor plantilla de los últimos tiempos, se obtenga resultados tan pobres.
  • La prensa de Barcelona coincide en señalar que a Rijkaard le quedan tres partidos para enderezar el rumbo, si no, será destituido.
  • Un sector de la junta directiva es partidario de destituirlo ya mismo.
Frank Rijkaard, durante el partido contra Osasuna (EFE).
Frank Rijkaard, durante el partido contra Osasuna (EFE).
VILLAR LÓPEZ / EFE
Frank Rijkaard, durante el partido contra Osasuna (EFE).

El mal arranque liguero del Barcelona ha situado el crédito de Frank Rijkaard en su nivel más bajo desde que llegó al banquillo del Camp Nou. Eso es lo que dicen, a coro, los periodistas deportivos de Barcelona.

Los malos resultados están agotando la paciencia de la afición y, lo que es peor para el técnico holandés, de la directiva.

De hecho, tanto el diario Marca como El Mundo Deportivo coinciden en señalar que el margen de error se da por enterrado: Rijkaard tiene tres partidos, los que ahora disputará el Barça en el Camp Nou (en la Champions contra el Olympique de Lyon y en la Liga contra Sevilla y Zaragoza), para enderezar el rumbo, si no tendrá que irse a la calle.

Un entrenador sin ideas

Hay un sector cada vez más poderoso en la junta directiva que aboga por destituir a Rijkaard: esos directivos piesan que el holandés ha perdido capacidad de reacción, frescura, que es un entrenador atascado, sin nuevas ideas, con un sistema táctico agotado y, por último, demasiado complaciente con los jugadores. Es decir, justo en la línea contraria a la que defiende el presidente, Joan Laporta.

Pero lo que más preocupa a la afición culé es el fútbol plano, ramplón y aburrido que ha ofrecido el Barça en estas tres primeras jornadas de Liga.

Laporta considera que con los fichajes de Abidal, Yaya Touré, Milito y Henry ha puesto a disposición de Rijkaard la mejor plantilla de los últimos años, una plantilla para ganar un título importante.

Sin embargo, el fútbol indolente del Barcelona indica que no se ha aprendido la lección del año pasado, cuando se dejó escapar la Liga. Y eso desquicia al presidente, muy descontento con el trabajo de Rijkaard.

El problema es que no es fácil encontrar relevo para el holandés. La opción de traer a alguien de fuera es arriesgada y dentro del club los recambios no están claros por el momento.

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