Para tener solo 22 años, Ricky Rubio es un hábil ladrón y, a la vez, un eficiente cartero. En el último partido contra Milwaukee Bucks rozó su segundo triple doble con sus 18 puntos, 12 asistencias y 8 recuperaciones.

En los dos segundas estadísticas está entre los primeros en la NBA. En cuanto a robos, hurta una media de 2,41 por partido, la segunda mejor media, rozando los 2,42 del líder, Chris Paul, de Los Angeles Clippers. En la faceta de asistencias, el de Masnou sería octavo. Acumula un promedio de 7,8 por partido. Rajon Rondo (Boston Celtics) es el mejor repartidor, con 11,1.

Segunda y octava serían las posiciones de Ricky, si no fuera porque para entrar oficialmente en las estadísticas los jugadores deben jugar más de 70 partidos, recuperar 125 balones o repartir más de 400 asistencias. El número de encuentros no los va a alcanzar porque, desde que volviera a jugar en diciembre, tras una lesión de nueve meses, ha jugado 49. Por ahora, acumula 118 robos y 366 asistencias. Tiene ocho partidos para conseguirlo.

Una de las grandes dudas que se cernían sobre Ricky Rubio cuando decidió poner rumbo a la NBA fue su capacidad anotadora, en una liga en la que los bases están obligados a meter muchos puntos, además de repartir juego a sus compañeros.

Sus números dejan claro que está mejorando, y mucho. Como ejemplo, en el choque contra los Bucks anotó cinco triples de seis intentos. En estos momentos, está anotando los mismos puntos de media (10,6) que en su primer año, cuando jugaba casi cinco minutos más, 34,2 por 29,8. Sus porcentajes han mejorado y anota el 37,5 de lo que lanza, mientras que en los 41 partidos que jugó en la temporada 2011-2012 era el 35,7.

Si atendemos a los últimos cinco partidos, que pueden dar medida del verdadero potencial en EE UU de Ricky, sus números son All-Star en potencia: 16,2 puntos, 9 asistencias, 3,6 robos y 4,4 rebotes.

Ricky Rubio consiguió en el último partido su récord de triples (5) y de recuperaciones (8). En su contra, las ocho pérdidas de balón también representan su peor marca personal.

Es la segunda temporada del base en la NBA. En la anterior se lesionó en marzo y, en la presente, reapareció en diciembre, con lo que el catalán todavía no ha alcanzado su plenitud física, ni de juego. Su equipo, los Minnesota Timberwolves no jugarán los play offs, así que dentro de pocas semanas su rodilla izquierda estará descansando para preparar el Europeo con la selección y la temporada que viene con los Wolves, la que debería ser la de su confirmación definitiva.