El espeleólogo español Cecilio López Tercero podría salir en las próximas horas de la cueva de Intimachay, en la selva peruana, en la que permanece herido desde el pasado 18 de septiembre si las condiciones meteorológicas son favorables, según ha explicado Instituto Nacional de Defensa Civil y según ha confirmado a 20minutos la Federación Madrileña de Espeleología.

"Hasta ahora todo es favorable, pero el rescate depende de las condiciones del clima", dijo el coronel Edgar Ortega, representante del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) en la zona. Ortega detalló que los equipos de rescate lo trasladan "progresivamente" dentro de la cueva y actualmente está a unos 150 metros de profundidad (el accidente se produjo a 400). Según explican desde la Federación Madrileña, el espeleólogo se encuentra a algo más de un kilómetro de la boca de la cueva.

Los rescatadores consiguieron llevar a López-Tercero hasta los 150 metros de profundidad este martes, cuando lo previsto era sacarle hasta los 200 metros. Al ver que las condiciones en ese tramo de la cueva eran bastante favorables, y después que la doctora confirmara que el espeleólogo herido estaba en condiciones de seguir siendo trasladado, se procedió a llevarle a este nuevo punto, donde ahora descansa hasta que se continúe con el rescate.

Todo está previsto para llevar a López -Tercero en helicóptero a un centro médico cuando sea extraído de la cueva, agregó, pero "todo depende de las condiciones meteorológicas". Desde la entrada a la cueva hasta el helicóptero hay un ascenso de unos 150 metros y una distancia de medio kilómetro, así que si el clima no fuera favorable cuando alcancen la boca de Intimachay, esperarían en el interior de la cueva hasta que las condiciones sean las adecuadas.

Los equipos de rescate reanudaron el lunes las operaciones para mover a López, aunque el trabajo es lento por las difíciles características de la cueva, que tiene unos 2.000 metros de largo, plagados de curvas, paredes escarpadas, pasos muy estrechos y filtraciones de agua y barro.

El rescate está coordinado por Luis Díaz, del equipo de Espeleosocorro de Madrid, que dirige a decenas de espeleólogos españoles llegados durante la última semana a la cueva, ubicada en Leymabamba, en una zona de difícil acceso de la región selvática de Amazonas.

López estaba desde el viernes pasado en un punto seguro establecido a 300 metros de profundidad y a unos dos kilómetros de la salida. Fue trasladado allí desde el punto en el que sufrió el accidente, que se encontraba a 400 metros de profundidad. Durante el sábado y domingo, los equipos de espeleólogos que han llegado a la zona se han dedicado a colocar las cuerdas y los anclajes necesarios para desplazar la camilla en la que trasladan a López-Tercero hasta la entrada de la cueva.

Un grupo de otros once espeleólogos españoles se incorporó el lunes a las labores del rescate, con lo que en la zona hay unas 100 personas, entre ellas unos 60 espeleólogos llegados desde Madrid y otros 40 militares y bomberos peruanos.

Mientras los espeleólogos trabajan dentro de la cueva, los coordinadores del rescate han planificado el traslado de López desde la boca de la caverna hasta un helipuerto improvisado, a cargo de agentes de la Policía de Alta Montaña, que desbrozaron la zona selvática para evacuar al espeleólogo español.

La Federación Madrileña de Espeleología ha hecho pública este martes una carta de Cecilio López-Tercero, escrita en la misma cueva. En la carta hay algunos fragmentos ilegibles por el barro y las condiciones del complejo de Intimachay, pero López-Tercero aprovecha para tranquilizar a su familia y amigos y para agradecer el trabajo realizado por los rescatadores y por los que están en Madrid.

El espeleólogo dice "hola a todos desde las profundidades de la tierra" y da las gracias a todos los que han ido a salvarle, incluyendo a los rescatadores, los medios puestos por el Gobierno de Perú,  y los sanitarios. López-Tercero asegura que durante el accidente ha visto "la calidad y la cantidad de los amigos" que tiene.

López-Tercero sufrió una caída de cinco metros durante una expedición del grupo Espeleokandil, fracturándose varias costillas y provocándose lesiones en las vértebras, aunque no parece que exista daño en la médula, ya que puede mover las piernas.

El grupo estaba realizando exploraciones periódicas en un grupo de cuevas del norte de Perú, que contienen restos arqueológicos de la cultura prehispánica chachapoyas. Expertos del Espeleo Club Andino señalaron que estas exploraciones pretenden también aumentar el conocimiento topográfico de la selva peruana, cuyo potencial para la espeleología consideraron "enorme".