Ronaldinho se convirtió ayer en el mejor regalo de Navidad para muchos niños de Portoalegre, la ciudad natal del futbolista del Barça, que a partir de ahora tendrán un lugar donde estudiar y practicar también su deporte favorito, el fútbol.
Será en el Instituto Ronaldinho Gaúcho que ayer fue inaugurado por el delantero azulgrana y que a partir del mes de marzo, cuando empiece a funcionar, atenderá las necesidades de 3.500 jóvenes con escasos medios económicos.
Ronaldinho, emocionado, derramó lágrimas durante la rueda de prensa, pero volvió sonreir cuando tocó el balón para disputar un partidillo con los niños.
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