El partido comenzó con poco ritmo por parte local, ya que el Madrid estrechó sus líneas en el centro del campo y cortó el suministro de balones a los delanteros del Villarreal, mientras que salía con rápidos contragolpes que provocaron que los castellonenses se vieran obligados a tomar una mayor precaución defensiva.
La tranquilidad en el transcurrir del choque se rompió cuando por fin empezó a tomar Riquelme un mayor contacto con el balón. Así, el argentino, tras una gran jugada, a punto estuvo de inaugurar el marcador a los 21 minutos con un colocado disparo. A partir de ese instante comenzaron las hostilidades.
La presión en la medular de ambos equipos se esfumó y el partido fue un constante ir y venir de un área a otra con ocasiones de gol para unos y otros. Si Javi Venta y Forlán las tuvieron para el Villarreal, Zidane y Baptista disfrutaron de las mejores opciones madridistas.
Sin Ronaldo en el campo, fue Baptista el que tomó la responsabilidad ofensiva de los madridistas, pero el brasileño evidenció de nuevo que aún esta lejos de alcanzar el nivel con el que deslumbró en su etapa en el Sevilla. Mientras, el Villarreal volvió a perderse en la línea de creación de juego y tan sólo dos lanzamientos de falta de Riquelme inquietaron a Casillas antes de llegar al descanso.
En la reanudación, ambos equipos parecieron saltar al terreno de juego con pocas ideas y el balón deambuló de un lado a otro sin mucho sentido ofensivo, tan sólo alguna acción individual aportó algo en el bagaje ofensivo del ambos conjuntos.
Forlán despertó el partido de su sopor, al desperdiciar una inmejorable ocasión para marcar, tras una gran jugada de Jose Mari.
El Villarreal apretó las tuercas al Real Madrid durante algunos minutos, aunque los de López Caro lograron rehacerse e imponer de nuevo el ritmo que más le convenía: mantener el mayor tiempo posible la posesión del balón, sabedores de lo que sufren los castellonenses cuando no lo tienen.
Ante la nulidad ofensiva mostrada por su equipo López Caro dio entrada a Soldado y el canterano, en su primer balón, a punto estuvo de marcar, aunque lo evitó Viera.
En los últimos minutos ambos equipos mostraron su predisposición para buscar la victoria, aunque de nuevo cayeron en el juego deslucido y deslabazado que irremisiblemente les llevó al empate final sin goles.
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