Ni siquiera el cómodo resultado que traía de Roma hizo que no sufriera el Real Madrid. Hasta cinco claras ocasiones tuvieron los italianos para poner en aprietos a los blancos, pero el primer gol acabó cayendo para los madridistas y la clasificación para cuartos de final de la Champions ya está conseguida (0-2). Sin brillo, sí, pero el Madrid está a solo cinco partidos de convertir una temporada desastrosa en una triunfal.

Los malos resultados parecen haber hecho cambiar de opinión a Zidane. Se acabó eso de plagar el equipo de virtuosos, de jugadores que piensan más en atacar que en defender, este Real Madrid necesita equilibrio y Casemiro parece la única solución disponible. La presencia del brasileño junto a Kroos y Modric podría ser una apuesta que se viera a menudo en los partidos ‘gordos’ que le quedan a los blancos esta temporada.

El Madrid dominó el choque, como se esperaba, desde el inicio. Con Bale desatado en la izquierda, haciendo de esa banda un martillo pilón junto a Marcelo, las llegadas al área fueron constantes, bien con centros desde esa banda o bien con acercamientos apoyados en Cristiano, pero las ocasiones de mayor peligro fueron romanas. Siempre desde la banda derecha, con el correcaminos Salah, la tuvo Dzeko primero, pero falló solo ante Keylor, y después el propio Salah, que desperdició un mano a mano ante el costarricense.

Los dos sustos hicieron espabilar a los blancos, que respondieron con furia. Primero un remate de Bale, después uno de Cristiano y finalmente una combinación entre ambos que dejó al luso solo ante el portero, pero Szczesny estuvo rápido en la salida y desbarató la ocasión.

El Bernabéu presenció en la recta final los mejores minutos de los blancos, pero un elemento desentonaba. James, nuevamente, ofreció una versión pobre y gris y se volvió a llevar pitos de su afición.

Siguió apretando el Madrid tras el descanso, pero las ocasiones volvieron a ser de la Roma. Salah volvió a fallar un mano a mano aprovechando el enésimo fallo defensivo de los blancos, y Keylor se erigió en héroe una noche más sacando los peligrosos disparos de Florenzi y Manolas.

Los nervios llegaron al Bernabéu, pero la entrada de Lucas lo cambió todo. El canterano, descarado una vez más, encaró a su par nada más entrar el campo, se marchó y puso en bandeja el gol a Cristiano. Y poco después, en un contragolpe, James encontró alivio a su nefasto partido marcando el segundo de disparo seco.