Sangre, sudor y lágrimas le ha costado  al Real Madrid alzarse con el título de Liga. Todos señalaban a la plantilla madridista como la mejor, pero lograr el campeonato ha sido mucho más difícil de lo esperado tras una agónica final ante el Barça.

Pero todo lo sufrido para lograr la victoria queda ya olvidado y toca disfrutar para un equipo que llevaba sin ganar la Liga ACB desde que le hiciera Joan Plaza en 2007. Demasiados años para el Real Madrid.

Basado en un estilo de juego veloz, buscando siempre el contragolpe y con un juego exterior mortífero, el conjunto blanco confirma su retorno a la élite con este título y con su final de la Euroliga, a un solo paso de la gloria.

Felipe Reyes. El capitán ha ejercido como tal más que nunca. Cuando los tiradores blancos han fallado más de la cuenta, ahí estaba Felipe para rebañar el rebote. Además, ha anotado con más soltura de la habitual, imponiéndose a los pívots azulgranas. MVP de la final.

Sergio Rodríguez. Ha sido, sin dudarlo, su mejor temporada. Se siente con galones y su fantasía rompe y desequilibra partidos. Dirige, asiste, da espectáculo, anota y toma la responsabilidad cuando el balón más quema. En la final, sin embargo, ha estado demasiado irregular.

El estilo. Pese a que en la final la defensa del Barça apenas ha permitido blanco correr, es la seña de identidad de este equipo. Estilo alegre, sin especular y con rápidas transiciones siempre que hay posibilidad. El ritmo que impuso en el quinto partido no pudo ser aguantado por su rival.

Control del rebote. La a priori superioridad del juego interior del Barça no ha sido tal durante la serie. Felipe Reyes ha sido un titán, Mirotic ha ido a rachas y Begic y Slaughter han contribuido especialmente en defensa. Los pívots azulgrana no han rendido al nivel esperado y el rebote ofensivo les ha hecho mucho daño.