Como no podía ser de otra forma, Real Madrid y Barça jugarán la final de la Liga ACB. Nada nuevo en una competición que repite playoff final por cuarto año consecutivo, el clásico está empezando a convertirse en rutina, y el primer asalto será este viernes a las 19 horas.

Pero esta vez es todo muy distinto. Si otros años estaba en juego la supremacía del baloncesto continental, los logros del Real Madrid esta temporada están eclipsando a su rival. Con el título de la Euroliga y el de la Copa del Rey ya debajo del brazo, los blancos buscan redondear la temporada con un triplete histórico.

Y es que los tiempos parecen cambiar en el baloncesto español. Tras años de hegemonía culé, la llegada de Pablo Laso ha logrado modificar esa tendencia, pero aún no del todo. El triunfo del Barça en la pasada Liga, sorprendente, dejó claro que este Barça, pese a no ser el de antaño, siempre da mucha guerra, siempre compite, jamás se rinde. Esta final no será una excepción.

Las últimas dos temporadas el Real Madrid llegó con ciertas urgencias después de haber caído en la final de la Euroliga, pero este año llega mucho más tranquilo, con los deberes hechos ya a estas alturas del año y con la calma necesaria para afrontar el reto de lograr el triplete de títulos (el cuarto del año contando la Supercopa).

El Barcelona ha tenido muchos problemas en lo que va de temporada, lo que hace que se juegue la temporada a una carta. Si gana la ACB, impedirá el pleno de su gran rival y al menos logrará un gran título que sirva de bálsamo.

Chacho-Satoransky: El canario llega en el mejor momento de la temporada, con confianza y en racha anotadora. Hace tiempo que se sabe el líder en ataque del equipo y demuestra partido a partido que espectáculo y eficacia no están reñidos. Satoransky le ha quitado el puesto de titular a Marcelinho, pero en los duelos ante el Real Madrid no logra hacer el daño que hasta hace poco hacía el brasileño. El checo necesita dar un paso adelante en este duelo.

Llull-Navarro: El menorquín está en su plenitud física y de juego. No le asusta la responsabilidad, le gusta jugarse los balones más calientes del partido y durante todo el tiempo que está en cancha lo deja todo en ambos lados de la pista. Navarro está ya en la recta final de su carrera y su físico no le acompaña, pero si tiene el día es decisivo. El año pasado llegó en una situación parecida… y fue el MVP de la final.

Rudy-Hezonja: El madridista aporta absolutamente en todo. Espectacular defensa, buena anotación tanto en transición como en estático y gran ayuda al rebote le convierten en un jugador imprescindible. Hezonja es el factor x, el dinamitador de partidos que necesita el Barça para plantar cara en una serie a cinco partidos al Madrid, el croata es un jugador imparable cuando está en racha… y cuando Pascual le da minutos.

Ayón-Doellman: La temporada del mexicano ha ido de menos a más, llegando al tramo decisivo de la temporada plenamente adaptado y en su mejor momento de forma. Doellman fue el MVP el año pasado, pero su temporada está siendo ciertamente decepcionante. La final es su momento para justificar su fichaje.

Reyes-Tomic: El MVP de la Liga ACB y miembro del quinteto ideal de la Euroliga vive, a sus 35 años, una segunda juventud. El capitán madridista es una garantía bajo aros, con rebotes y puntos de manera constante. Por su parte, el exjugador blanco es pieza clave en el Barça, especialmente ante su exequipo, que sufre mucho para defender en la pintura, especialmente en el bloqueo y continuación. Tomic es la gran amenaza para los blancos.