Raúl González, un líder a la luz y a la sombra del fútbol

  • El delantero se ha convertido en un referente en el Schalke y en Alemania.
  • El pasado sábado consiguió la Copa y sueña ahora con la Bundesliga.
  • Se ha ganado el respeto de todos a base de trabajo y humildad.
Raúl celebra la Copa.
Raúl celebra la Copa.
EFE
Raúl celebra la Copa.

Localizamos la escena. Espacio frío y sombrío, casi lúgubre. Entre bambalinas. Son las tripas del Estadio Olímpico de Berlín, historia viva del deporte y lugar donde Jesse Owens 'desafió' al régimen nazi, demostrando al mundo que la competición no entiende de colores. Por el carril de la zona mixta, no demasiado poblada, avanza Raúl González Blanco. Acaba de ganar la Copa de Alemania con el Schalke 04, uno de los pocos títulos que le faltaban.

"Es un líder", aventura Jurado. Junto al excapitán madridista y a Sergio Escudero conforman el 'triplete' de españoles en Gelsenkirchen. "Le reverencian y es lógico. En poco tiempo, se ha ganado el respeto de la plantilla a base de trabajo".

Su aura es palpable. Camina serio y mira al suelo. No sonríe en exceso. En diez meses ha conquistado un club y un país. "Es uno de los días más felices de mi vida. Esto es más que un título", confesaba con voz entrecortada, como si de un novato se tratara. "Para mí lo fácil hubiera sido quedarme en en casa, donde crecí como persona y jugador, pero aposté por seguir jugando y seguir compitiendo". Título al canto, tras dos intentonas en su exequipo (2002 y 2004).

No esconde la emoción de su nueva vida, en la que ha encontrado la paz y la serenidad junto a su familia, lejos de los críticas y estrés del liderazgo. "En el Real Madrid he disfrutado mucho, pero estar allí conlleva muchas otras cosas. Aquí me he dedicado a jugar, entrenar y disfrutar de mi familia, que es lo más importante ahora. No puedo pedir nada más".

Son las palabras de un referente, de alguien que no entiende de edades ni de epitafios. Desde hace mucho tiempo se le dio por muerto y tuvo que reivindicarse en Alemania, en un equipo de menor caché y talento. El sábado tardó unos minutos en erigirse como patrón de 'festejos y celebraciones' en su nuevo equipo, bandera española en modo capote incluido, y apenas una temporada para aunar a la afición alemana, "a madridistas y a no madridistas". "Ver la camiseta del Schalke en el Bernabéu es casi lo máximo, más que un título".

La marea 'azulona' le adora y casi le llaman de usted. 'Señor Raúl' ocupa primeras páginas de periódicos ("Todos aman a Raúl. Raúl ama al Schalke") y conquista ciudades. Valía la pena recorrer Berlín en metro, sede de la final, para comprobar que su nombre ocupa la gran mayoría de las espaldas. "Solo puedo darles las gracias por cómo me han acogido".

A sus casi 34 años sigue teniendo un hambre desmedido. Corre y entrena como el primer día. Sus compañeros le alaban y su presencia en el vestuario servirá para tapar la baja del capitán, Neuer, que se marcha al Bayern Múnich. De hecho, juntos brindaron el título: "Me han respetado mucho por mi carrera, por llevar tantos años jugando en el Real Madrid. Solo puedo estar agradecido". Hasta una leyenda viva como Beckenbauer le ha rendido pleitesía: "Raúl es excepcional. Todo club necesita un jugador como él".

Este lunes, los festejos por las calles de Gelserkinchen llevaron también su nombre y su firma, radiante, saltando y cantando entre todos sus compañeros. "Sorprende verle así, él ha ganado prácticamente todo", narraba el personal del club, en su web, en plena caravana de celebración ante 55.000 seguidores. Incluso se soltó con el alemán: "Vorwärts Schalke! Kämpfen und siegen! -¡Adelante Schalke, luchar y ganar!- ".

Grandes números

Su temporada no deja lugar a dudas. En total, ha conseguido 19 tantos (13 en Liga, 1 en Copa y 5 en Champions) en 49 encuentros (34, 3 y 12). Es decir, lo ha jugado prácticamente todo.

Además, ha pulverizado el récord de Maldini como jugador que más partidos ha disputado en competiciones europeas (144) y ha prolongado su estela goleadora en Europa hasta los 71.

¿Futuro?

La incógnita pasa por saber si renovará o no. Allí le adoran y él está decidido a cumplir su último año de contrato -"el objetivo ahora es la Bundesliga; la afición la desea"-. Pero la Liga de Campeones, su hábitat natural, parece pesar demasiado (la próxima temporada jugará Liga Europa). Sin duda, esa puede ser la cláusula más importante, el rendimiento.

Y la selección. Eterna. Para él, "lo más bonito", aunque la decisión sea exclusivamente de Del Bosque: "Nunca diré no a España". Tampoco al Real Madrid, hogar del que se marchó sin la grandeza merecida y al que regresará este verano, con su Schalke, para disputar el trofeo Santiago Bernabéu. Después, volverá a apartarse del mundanal ruido. Un año en la sombra que le ha valido para ganar un título, agrandar su leyenda y volver a sonreír. Sería una osadía despedirle por completo. Que siga el 'Rock and Raúl'...

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