Cien puntos y a un paso de semifinales

Con excelentes porcentajes de tiro, el Madrid arrolla al Pamesa y se sitúa 2-1 en la eliminatoria.
Lucha por el rebote. (Alberto Martín / EFE)
Lucha por el rebote. (Alberto Martín / EFE)
Lucha por el rebote. (Alberto Martín / EFE)
Vistalegre. 9.600 espectadores

Real Madrid (22+25+31+22) López (5), Bullock (21), Mumbrú (7), Reyes (16), Moiso (2) -cinco inicial-, Hervelle (15), Smith (15), Sekulic (6), Tunceri (8), Tomas (3), Llull (-) y Hernández Sonseca (2).

Pamesa Valencia (24+16+22+17) Avdalovic (11), Douglas (17), Timinskas (7), Garcés (12), Miralles (8) -cinco inicial-, Mavrokefalidis (4), Hamilton (2), Oliver (6), Claver (7), Urtasun (-) y Luengo (5).

Árbitros De la Maza, García González y Bultó. Sin eliminados. Señalaron técnica a Felipe Reyes por un recriminar una falta a Víctor Luengo (min 39).

El Real Madrid demostró ayer que si hace las cosas bien, el Pamesa no es obstáculo alguno para entrar en las semifinales de la ACB y, además, que pueden divertir a su afición anotando más de 100 puntos. Tras la paliza que le dieron ayer a los valencianos, los hombres de Joan Plaza se quedan a una sola victoria del pase. La primera oportunidad para sellarlo la tendrán mañana (20.00 h) en la Fuente de San Luis.

El Pamesa se adueñó del primer cuarto gracias a su buena ejecución ofensiva para surtir de balones a sus hombres altos y seleccionar buenos tiros de larga distancia. Sin embargo, el Madrid fue diluyendo su inferioridad a base de acierto en el tiro –al final del partido, 74 % en tiros de dos y 50 % de tres–.

Aprovechando las múltiples facilidades defensivas del Pamesa, el Madrid anotó 31 puntos en el tercer cuarto, un zarpazo que finiquitó la resistencia de los hombres de Katsikaris.

Los triples de Avladovic acercaron al Pamesa (80-72), pero fue sólo un espejismo que se diluyó con la fertilidad anotadora madridista, sobre todo, de Bullock (21 puntos).

Reyes tropieza en la misma piedra

El pívot madridista Felipe Reyes dejó ayer claro que no ha aprendido la lección del segundo partido, en el que Joan Plaza le sentó por estar «demasiado caliente». Ayer, a un minuto para el final, el cordobés recibió una dura falta de Luengo, contra el que se resolvió de forma violenta. Recibió una técnica y le dio la razón a Plaza: «Debe aprender a calmarse».

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