Antonio Puerta podría sobrevivir porque su reanimación fue rápida y exitosa

  • El tiempo que oscila entre la parada y la reanimación, clave.
  • El futbolista del Sevilla sigue en estado grave.
  • Aguilera y Óscar sufrieron percances parecidos, aunque más leves.
Antonio Puerta, futbolista del Sevilla que se encuentra en
estado grave tras desplomarse sobre el césped durante el partido que enfrentó a su equipo
padeció una parada cardiorrespiratoria y sufre una inestabilidad hemodinámica.

A continuación te informamos del problema que aquejó al jugador:

Por parada cardiorrespiratoria se entiende toda situación clínica que comprende un cese inesperado, brusco y potencialmente reversible de las funciones respiratorias y/o cardiocirculatoria espontáneas, no siendo resultado de la evolución natural de una enfermedad crónica avanzada o incurable, o del envejecimiento biológico.

Si no se contrarresta con medidas de reanimación, el paro cardiorrespiratorio produce una disminución brusca del transporte de oxigeno que da lugar a una disfunción del cerebro inicialmente y, posteriormente, conduce a lesiones celulares irreversibles en el organismo por la anoxia tisular y a la muerte biológica.

Las posibilidades de éxito dependen, fundamentalmente, de:

1. Tiempo trascurrido desde el momento en que ocurre la parada hasta el inicio de la reanimación. De tal modo que, el inicio precoz de la reanimación es el factor que más influencia ejerce sobre la supervivencia y la evolución neurológica.

2. Duración, ya que los pacientes en los que la reanimación dura más de 30 minutos, no suelen sobrevivir a la misma.

3. Entrenamiento y equipamiento del personal de emergencia y reanimador.

4. Las características (enfermedades subyacentes) del paciente, puesto que los enfermos con afecciones agudas consiguen mejores resultados que aquellos que padecen enfermedades malignas, neurológicas o terminales.

Antecedentes

Además, Puerta pareció a punto de tragarse la lengua, situación parecida a la que experimentó el ex futbolista del Atlético Carlos Aguilera en 2003, en la que José María Villalón, médico del club rojiblanco, actuó a tiempo y solucionó el trance.

El doctor Lorenzo González Camacho, médico del Numancia y de la selección de fútbol sala, atendió también al que fuera futbolista del Espanyol Oscar García en un incidente similar, también con final feliz, en Barcelona.

"El jugador no se traga la lengua por el golpe en sí, sino por su situación de inconsciencia", indicó. Si por cualquier causa es imposible abrir la vía aérea, "el paro respiratorio se convierte en paro cardiaco".

La exitosa reanimación que experimentó Antonio Puerta, pese a la extrema gravedad de su situación, permite albergar esperanzas.

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