Rafa Nadal venció a un intenso Kyrgios en segunda ronda de Wimbledon. El australiano había calentado el partido desde las horas previas, pero el balear volvió a reponder donde mejor sabe, en la pista.

Pese al enorme nivel de su rival, Nadal mostró su mejor tenis para superar la fase e hizo frente a varias salidas de tono de Kyrgios que no lograron desesperarle, aunque sí provocaron que celebrara algunos puntos con mucha energía.

Desde el primer momento, el australiano desplegó su arsenal de provocaciones. En el primer set, ya efectuó un saque bajo, 'de cuchara', tratando de poner nervioso al actual campeón de Roland Garros.

Además, Kyrgios protestó enérgicamente, como habitúa, al juez, reclamándole que Nadal estaba tomándose demasiado tiempo en el saque. Una protesta que acabó costándole a él un 'warning', por seguir relatando cuando el español ya estaba preparado para sacar.

El colmo llegó en el tercer set, cuando Kyrgios le lanzó una bola al cuerpo por la que ni siquiera le pidió perdón, pese a la mirada de incredulidad de Nadal. Sobre esto, el australiano habló al término del partido, sin recular: "¿Por qué debería disculparme? ¿le golpeé? Le dio con la raqueta, gané el punto. No me importa. No tengo por qué disculparme", dijo.

Nadal, por su parte, cuestionado por las protestas de Kyrgios, se limitó a ser elegante y no entró, aunque sí alabó al australiano: "Es un potencial ganador de Grand Slam".

Finalmente, sus provocaciones no lograron el efecto deseado y el australiano se despide del All England Club por este año.