La esencia de la prueba nada más empezar. Recorrido corto y nervioso, apenas 15 km, que se antojaron suficientes para intuir por donde pueden ir las cosas en esta cita para los amantes de la acumulación de kilómetros en condiciones extremas (aunque hoy el calor respetó y puede decirse que la temperatura no fue obstáculo para el avanzar de los casi 200 valientes inscritos en la cita). Fue un prólogo perfecto en el que se condensaron todos los elementos que definen la Desert Run: dunas asequibles (nada más comenzar, sin tiempo de aclimatación; bueno para el espectáculo, matador para las piernas de los corredores).

En la parte noble de la carrera, el tarraconense Oriol Ferre no quiso más complicaciones que las propiciadas por el terreno y saltó del grupo cabecero antes del paso por el primer hito kilométrico, en medio del inaugural sector de dunas (onduladas, bajas, pero con el inconveniente de localizarse apenas 500 metros de la línea de salida, cuando las piernas aún no han comenzado a carburar). A partir de ahí fue un monólogo que le condujo a meta en 1:04:42 (con muchos tramos por debajo de los cuatro minutos el kilómetro, una nimiedad en asfalto, pero muy meritorio cuando se trata de surcar la fina arena del sur de Marruecos, a las mismas puertas del Desierto del Sahara).

A partir de ese ataque progresivo, un avanzar alegre y solvente, el interés competitivo se centró en la lucha por las plazas bajas del podio, resuelta a favor de la valenciana Davinia Albinyana, que hasta el kilómetro 8 (segundo foco de dunas, menos exigente que el primero) conquistó una renta de 40 segundos con respecto a un grupo en el que marchaban el madrileño Juan Flores y el también valenciano Xavi Blasco (pareja de Davinia y uno de los rostros más conocidos de la televisión en la Comunidad Valenciana), además de la segunda mujer, Vanessa Suárez.

La ventaja de Davinia se fue ampliando hasta cruzar la última línea como segunda de la general, lo que superó incluso los mejores pronósticos, que situaban a esta experimentada duatleta como máxima favorita al triunfo femenino. Tras ella entró Juan Flores, quien cuando arribó a los últimos 2 kilómetros, donde dominaban las dunas más altas y exigentes, ya marchaba destacado con respecto al resto de aspirantes al cajón.

Mañana de disputará la segunda etapa, 21 km rapidísimos salpicados por menos tramos de dunas que la jornada inaugural, desarrollándose principalmente por pistas y caminos de meseta desértica. La prueba concluirá el domingo con una etapa de 26 km con salida en Merdani (en medio del desierto) y llegada en el Oasis de Tisserdimine, un trazado donde los participantes volverán a encontrarse con sufridos tramos de dunas que habrán de superar si quieren convertirse en finishers de una prueba que este 2018 celebra su décimo aniversario.