Este martes el Etihad Stadium vivirá un partido crucial para las aspiraciones del Manchester City en la Champions League. Enfrente, todo un Liverpool que en la ida en Anfield logró una amplia ventaja de 3-0.

Tan ligada a Inglaterra como el fútbol, la música es una seña de identidad del país y una excelente carta de presentación para una cultura que en los años 60 dio un giro radical al mundo. Este martes en Manchester se enfrentan en el mismo terreno de juego la modernidad y la tradición. City contra Liverpool. Guardiola contra Klopp. Oasis contra los Beatles.

En marzo de 1963 el grupo más importante de la historia de la música lanzaba su primer album, 'Please, Please me' con el que revolucionaron, y cambiaron para siempre, la industria. Paralelamente, en la misma ciudad, el Liverpool FC comenzaba una gloriosa etapa en la que conquistaría dos ligas en tres años.

Es el mismo país que, 28 años después, vería emerger de Manchester a otra banda que dio la vuelta al mundo con la esencia del ritmo británico por bandera, y recorrió el camino que los cuatro de Liverpool abrieron para el resto. Se trata de Oasis. Banda que, por méritos propios, merece un hueco en el salón de la fama de cada amante de la música.

Igual que George, Paul, Ringo y John 'parieron' al resto, el Liverpool FC fue, siempre con permiso del Manchester United, uno de los clubes cuyo ejemplo en los inicios del fútbol inglés y en sus posteriores épocas gloriosas -no en vano es el equipo con más Copas de Europa en Reino Unido- simboliza la tradición y merece, cuando no la simpatía, el respeto de todos. Tras él, se fueron haciendo grandes otros.

Partiendo de esta analogía, y aunque siendo fieles a la historia, el equipo que hoy entrena Pep Guardiola es doce años mayor que el de Klopp; el Liverpool es los Beatles y el City, Oasis.

La inversión del jeque en fichajes y su auge de los últimos años convierten al conjunto citizen en el adalid del fútbol moderno. Un equipo que, al igual que Oasis, siguiendo un modelo, pero también por méritos propios, se cuela entre los grandes.

La batalla final por las semifinales, con la eliminatoria decantada del lado 'red', por historia, tradición y, huelga decir, por el abultado 3-0, expondrá de nuevo al mundo la manida dicotomía.

El grupo favorito de Jurgen Klopp es los Beatles. Los mayores fans del City son Oasis. Todo encaja. El fútbol dirá si es posible que Guardiola supere el crédito del Liverpool en la ida y el peso de la tradición. El fútbol dirá si Europa entona Wonderwall o vuela mientras toca el alma atronadora la eterna banda de los Corazones Solitarios del Sargento Pimienta.