Los equipos de la Fórmula 1 están preocupados por la situación en Baréin, pero dejarán la decisión de viajar o no para la carrera de abril a la Federación Internacional del Automóvil y al jefe comercial de la categoría, Bernie Ecclestone.

El Gran Premio de Baréin del año pasado en el circuito de Sakhir se pospuso y luego se canceló por las protestas pro-democracia que generaron una violenta represión. Los enfrentamientos se mantuvieron de forma constante desde ese momento y los activistas dicen que unas 60 personas murieron desde el inicio de la violencia, que ha empeorado en las últimas semanas, a medida que se acerca el aniversario del 14 de febrero.

"Estamos preocupados por la situación", dijo la directiva de Sauber Monisha Kaltenborn en el lanzamiento del nuevo coche del equipo suizo antes de los primeros entrenamientos de pretemporada en el circuito de Jerez.

"Nosotros no estamos en posición de juzgar eso demasiado bien, por eso tenemos que confiar en la FIA y los dueños de los derechos comerciales (...) Si ellos creen que lo correcto es ir, definitivamente lo haremos", destacó.

El jefe de Lotus, Eric Boullier, subdirector de la asociación de equipos FOTA, se mostró de acuerdo en que la FIA debe tomar la decisión. "Tenemos compromisos relativos al Campeonato Mundial de la F1, por lo que no es una decisión fácil de tomar (...) En este momento estamos esperando comentarios de la FIA sobre si ir allá o no", remarcó.

El director de Lotus, Gerard López, alguien cercano a Ecclestone, se mostró favorable a ir a Baréin. "Lo que oí es que han dado una serie de garantías en términos de cómo se darán las cosas. Por eso, si las cosas se ven bien no hay razón por la cual no deberíamos ir a Baréin", señaló.