La Policía abre una investigación sobre los incidentes en el campo del Racing de Santander

  • Un grupo de aficionados hartos de la anarquía que vive el club trató de asaltar el palco de autoridades, al que arrojó ceniceros, mecheros y sillas metálicas.
  • Bernardo Colsa, presidente de la Asociación de Peñas del Racing, afirma que desde hace dos años el club cántabro es "un volcán en erupción".
  • En la parcela deportiva, el Racing de Santander ha pasado en cinco años de jugar competiciones europeas a verse hundido en Segunda División B.
Un grupo de aficionados del Racing intentando agredir al presidente del club.
Un grupo de aficionados del Racing intentando agredir al presidente del club.
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Un grupo de aficionados del Racing intentando agredir al presidente del club.

La Policía Nacional abrirá una investigación para esclarecer los altercados que se produjeron en el partido de Copa del Rey que enfrentó al Almería con el Racing, durante los que resultó lesionado un vigilante de seguridad por el impacto de una silla metálica en la cabeza. La Jefatura Superior de Cantabria informa este jueves en un comunicado de que el vigilante sufrió una herida en el cuero cabelludo que precisó de varios puntos de sutura y a última hora de la mañana ha interpuesto una denuncia.

Una vez recopiladas otras posibles denuncias por los incidentes en el palco de autoridades de los Campos de Sport, se iniciará una investigación para "el total esclarecimiento de los hechos y la depuración de las responsabilidades oportunas". Según el relato de la Policía, poco después del comienzo del segundo tiempo, alrededor de las 23.05 horas, unos cincuenta jóvenes "iniciaron una veloz carrera" para desplazarse desde la localidad que ocupaban en la preferencia norte hasta la tribuna principal, saltando las vallas que delimitan las dos zonas, en dirección al palco, que estaba ocupado por los directivos de ambos equipos y otras personas.

Cuando los agentes de la Policía detectaron ese movimiento se dirigieron a las inmediaciones del palco, junto a un grupo de vigilantes de seguridad contratados por el club, y "lograron paralizar lo que se había convertido durante unos minutos en el objetivo de estos individuos", señala. Los jóvenes arrojaron contra los ocupantes del palco ceniceros, mecheros, sillas metálicas - una de las cuales impactó contra el vigilante-, y otros objetos, además de lanzarles esputos.

El Gobierno de Cantabria y el Ayuntamiento de Santander han condenado este jueves estos incidentes, que para el presidente de la Asociación de Peñas del Racing, Bernardo Colsa, no son "justificables" aunque sí entendibles, dada la situación de deterioro que vive el club. Colsa indicó que desde hace dos años el Racing es un "volcán en erupción" y que, como tal, puede provocar "incidentes lamentables" como el que se produjo anoche, con lluvia de objetos e insultos hacia un palco que llegó a ser invadido por un grupo de aficionados, porque "la situación es cada vez más extrema".

El presidente de las peñas ha preferido quedarse con el "extraordinario gesto" que tuvieron los jugadores del Racing en el inicio del encuentro, cuando, en protesta por los impagos del club de los salarios de los tres últimos meses, se quedaron parados sin disputar el balón mientras los jugadores del Almería se lo pasaban hasta enviarlo fuera de banda.

Un día a día complejo en el Racing

La invasión del palco fue un hecho insólito que refleja el abandono que padece la entidad por parte de unos dirigentes a los que aficionados e instituciones han dado la espalda.  El presidente del Racing de Santander, Ángel Lavín, conocido como Harry, es el blanco de las iras de la afición del Racing desde que accedió al cargo para sustituir a Francisco Pernía, quien sigue moviendo los hilos desde la sombra.  Mientras en lo deportivo el Racing ha pasado, en apenas cinco años, de jugar en competiciones europeas a verse hundido en Segunda B, en lo extradeportivo el club ha perdido todo el apoyo institucional con el que contaba y buena parte de su respaldo social. Todo ello por el empeño de Lavín en permanecer en el cargo y por los reiterados incumplimientos de sus compromisos de pago a los acreedores, incluidos los futbolistas.

El Racing ha vivido en 2013, año en el que "celebraba" su centenario, el periodo más tormentoso de su historia, con Lavín como principal protagonista que ha permanecido impasible ante el clamor popular que pedía su marcha del club.  Tras salir el Racing del concurso de acreedores en el que estuvo inmerso desde julio de 2011 a julio de 2012, Lavín se hizo con el control absoluto de la entidad y se adjudicó un salario en la última y convulsa junta general de accionistas de diciembre de 2012, en la que trató infructuosamente de vetar la presencia de los medios de comunicación. Desde entonces el descontento generalizado ha llegado al paroxismo, incluidos los futbolistas y los empleados del club.

Entre expedientes de regulación de empleo, impagos de todo tipo y numerosos litigios judiciales, el Racing ha pasado un año marcado por la conflictividad laboral y judicial y la esperanza de una afición que se resiste a aceptar que la situación pueda llevar a la desaparición de este club histórico del fútbol español.  Las últimas decisiones judiciales han determinado, por un lado, que el empresario Ahsan Ali Syed (WGA) devuelva a Jacobo Montalvo (Dumviro) las acciones que éste le vendió y el indio no pagó; y, por otro, el nombramiento de un administrador judicial, pero sin apartar de sus funciones al consejo de administración.

Esta última medida, adoptada a mediados del pasado mes de diciembre, fue un jarro de agua fría para todo el racinguismo que confiaba en que Lavín tenía las horas contadas como presidente del Racing.  Y, en las últimas semanas, la situación se ha complicado porque se está agotando la paciencia de jugadores y técnicos que llevan varios meses sin cobrar. Algunos, como los futbolistas Agustín y Nieto han pedido la baja para aprovechar la apertura del mercado de invierno, pero el club ni se la ha concedido ni les ha pagado aún. Durante las Navidades, Lavín se comprometió a hacer frente a los pagos que les adeuda antes de finalizar el año. No fue más que otro de los compromisos a los que el polémico dirigente no ha hecho frente.

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