El policía que disparó al hincha italiano: "He destruido dos familias, la del chico y la mía"

  • Luigi S., de 31 años, se siente desconsolado tras haber matado, aparentemente de manera fortuita, a un hincha del Lazio.
  • Sus compañeros le apoyan incondicionalmente e insisten en que se ha tratado de un accidente.
  • La pistola se disparó por no llevarla enfundada tras el primer disparo al aire, como indica el reglamento.

El diario italiano Corriere della Sera recoge hoy unas declaraciones del autor del disparo (presuntamente accidental) que el domingo acabó con la vida de Gabrielle Sandri, un aficionado del Lazio que el domingo falleció en un area de servicio de Arezzo (Toscana), cuando se dirigía a ver el encuentro entre su equipo y el Inter.

"No he mirado a nadie, no he apuntado a ninguno. Estaba a al menos 200 metros, ¿cómo podría haberlo hecho? El primer tiro lo he lanzado al aire y el segundo ha salido mientras corría", dijo mientras lloraba desesperado Luigi S., de 31 años.

No he mirado a nadie, no he apuntado a ninguno"

Sus compañeros y amigos le dicen que esté tranquilo: "No te abandonaremos", apoyan a este policía delgado y bajito, con doce años de servicio. El magistrado le espera, pero el sólo piensa en sus dos hijos pequeños y su esposa, una enfermera. "He destruido dos familias, la del chico y la mía...", se lamenta desconsolado.

Tras el primer disparo al aire, el reglamento ordena volver a guardar en la funda la pistola, una Beretta 92 Sb. Pero él no lo hizo porque "estamos habituados a correr tras los ladrones, traficantes... y lo hacemos con la pistola en la mano" le defienden sus compañeros.

No le justificamos, pero se trata de una desgracia"

"Estaba teniendo lugar la pelea entre los hinchas de Lazio y Juventus, una pelea muy violenta", contaban a la vez los policías de Battifolle. "El agente que estaba en la patrulla con Luigi, al otro lado, estaba dando la alarma por la radio. En la parte opuesta, los coches de los hinchas estaban saliendo, por eso Luigi corría en paralelo al guarda raíl para, al menos, identificar el coche. No lo decimos para justificarlo, pero subrayar que se trata de una desgracia", apuntan los compañeros.

"Además la bala, para llegar a la otra parte, tuvo que superar dos guarda raíles de tres ondas y una red quizás hasta se desvió", apuntan los compañeros, que de paso denuncia que cada domingo tienen que luchar contra los ultra en la autopista.

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