Los dirigentes herculanos tenían cerrado el traspaso del ariete al Cruz Azul mexicano siempre y cuando el Cúcuta de Colombia, copropietario de los derechos del futbolista, llegase a un acuerdo con sus pretendientes. Pero el sí no llegó y  Blas Pérez se mantuvo como herculano. El club, no obstante, siguió trabajando para cerrar la operación; el destino final cambió al Tigres de Monterrey. «El traspaso me llegó un poco por sorpresa, porque el presidente –Valentín Botella– y los dirigentes manejaron la cosa con mucha cautela», reconocía Pérez.

Otro ex herculano, Mantecón, concretó su fichaje por el Ponferradina de Segunda B.