Óscar Pereiro atendió a los periodistas a la salida del centro sanitario y aprovechó para enviar "un millón de gracias" por todos los mensajes de apoyo que ha recibido esta semana.
"Los peores días fueron el domingo y el lunes. Después de la operación sentí un alivio grandísimo,
Pereiro explicó que de lo que se va a perder lo que más le apena son los Juegos Olímpicos. "Ésta era mi oportunidad, porque
El ciclista diluyó la desilusión que le ocasiona no poder estar en Pekín porque dijo que así podrá acompañar a su familia. "Voy a disfrutar con mi gente de algo que estuve muy cerca de perder, que es la vida. Estoy vivo, puedo andar y seguiré trabajando hasta que yo quiera", aseveró.
Envidia sana
Además, expresó su confianza en que la grave caída no le afecte en el futuro. "No creo que me afecte cuando tenga que volver a bajar, porque no me caí por arriesgar demasiado en una curva, sino por mala suerte; aunque es verdad que a lo mejor cuando vea un barranco me cortaré un poco. Lo sabré cuando me vuelva a subir a una bicicleta", explicó.
Acerca del rumbo que ha tomado el Tour de Francia desde su abandono, Pereiro explicó que ver la victoria de Carlos Sastre le causó "envidia sana". "Es fantástico que por tercer año consecutivo pueda ganar un español el Tour de Francia", explicó.
Óscar Pereiro analizó las posibilidades de Sastre para subirse a lo más alto del cajón de los Campos Elíseos. "Siendo realista, es complicado pero no imposible. Cuando sales de amarillo, te creces y además tienes referencias, pero eso no es definitivo", opinó.
"Si no lo consigue para nada será un fracaso, porque es difícil lograrlo ante especialistas de contrarreloj; aunque en la última crono del Tour casi importa más cómo llegue de fuerzas cada uno que ser especialista", concluyó.
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