El partido entre el Peralada y el Hércules, del grupo III de Segunda División B, acabó con victoria del conjunto alicantino por 0-1, pero no fue ni mucho menos un encuentro cómodo.

Once tarjetas amarillas y dos rojas resumen a la perfección la tensión que hubo en el encuentro, cuya acta refleja lo sucedido y añade que uno de los linieres fue agredido con una piedra.

"Acabado el partido, cuando mi árbitro asistente nº1 se dirigía hacia el túnel de vestuarios, recibe un impacto en su pecho de una piedra de unos 2 cm de diámetro por parte de una aficionada que por sus comentarios realizados era seguidora del club local. El incidente no causa ningún daño al árbitro asistente y no recibe atención médica", firma el árbitro principal Antonio Monter Solans.

La afición acabó caliente, pero no menos que los propios jugadores o los técnicos. El entrenador del Peralada, Narcís Pelach, tuvo que ser sujetado por su cuerpo técnico al final del encuentro cuando se dirigía al colegiado en actitud amenazante.

"Posteriormente, ya en las escaleras del túnel de vestuarios, se dirige a mi asistente nº1 gritándole y a escasos centrímetros de su cara: "No te voy a dar la puta mano y no se la deis al árbitro". Por ello, tras ser informado por mi árbitro asistente nº1, comunico al delegado de su club que queda amonestado y, como ya lo había sido previamente en el minuto 60, queda expulsado por doble amonestación", añade el acta.

Se espera que estos hechos aparezcan en las próximas denuncias de la Comisión Antiviolencia, por lo que el Peralada se enfrentará a una previsible sanción. La victoria del Hércules les permite situarse segundos en la clasificación de su grupo de Segunda B y mantienen intactas las opciones de ascenso. La imagen que eligió el club para contar la victoria lo dice todo.