Se llama Pepe Oriola, tiene 16 años y estudia el bachillerato en Irlanda para perfeccionar el inglés. Hasta ahí todo normal. Lo anómalo viene cuando llega el fin de semana y Pepe se despide de sus compañeros de clase para ponerse el casco y pilotar un coche de competición a más de 300 km/h.

"Sí, la verdad es que mis amigos alucinan un poco, pero saben que es lo que más me gusta. Mi sueño siempre ha sido ser piloto de carreras y lo estoy consiguiendo", explica a 20 minutos.

Y no le falta razón. El próximo 18 de marzo Pepe se estrenará en el Mundial de Turismos en el circuito brasileño de Curitiba y se convertirá en el debutante más joven en la historia de la competición.

Un reto que no asusta al joven barcelonés: "Algunos pilotos como mi compañero de equipo Gabriele Tarquini me triplican la edad (48), pero eso no es ningún problema. Dentro del coche todos somos iguales y espero aprender mucho".

Aún así, Pepe, que ya tiene experiencia en la Copa Seat León y en carreras de resistencia, sabe que los veteranos siempre le miran por encima del hombro: "Entiendo que puede dar un poco de rabia que te adelante un chaval joven como yo. Los veteranos suelen presionarte para que cometas errores, pero ya estoy acostumbrado. De vez en cuando hay toques, aunque la mayoría no suelen ser intencionados".

Pese a competir en el Mundial de turismos, Pepe sabe que también tendrá que empollar en el colegio: "Mi padre me mete bastante caña para que no descuide los estudios porque cualquier accidente puede acabar con mi carrera de piloto. De momento no he repetido nunca, pero es duro".

Por ejemplo cuando tus amigos se van de juerga: "Estoy en una edad difícil y cuesta quedarte un fin de semana en tu habitación recuperando las clases perdidas con un tutor".

Además, Oriola también tiene que trabajar su físico: "Cada día hago una hora de gimnasio después de las clases y corro un poco. Los turismos no son tan exigentes como la Fórmula 1, pero en una carrera puedo perder dos o tres kilos de peso".

Como todavía es menor de edad, Pepe no puede sacarse el carnet de conducir, pero ya tiene la licencia internacional de piloto: "Necesitas el permiso de tus padres para que te la concedan y tener un poco de palmarés en los karts, por ejemplo un podio en un europeo. Con esta licencia puedo competir en circuitos de todo el mundo, pero para moverme por la ciudad tengo que utilizar un minicoche de esos que sólo requieren el permiso de ciclomotor y que sólo corre hasta 80 km/h.".