El central portugués del Real Madrid Pepe no ha asistido al entrenamiento voluntario en la ciudad deportiva de Valdebebas, después de agredir a dos jugadores en el partido de la pasada noche ante el Getafe tras cometer un penalti, y se refugió en su domicilio rodeado de su familia, ya que al parecer está hundido anímicamente.
Pepe está avergonzado de la imagen que ofreció en el estadio Santiago Bernabéu, según reconoció a EFE en una conversación telefónica. Apenas ha podido dormir unos minutos, desolado por la agresión que realizó sobre Javier Casquero y el posterior golpe que asestó al uruguayo Juan Albín.
El defensa madridista ha preferido así refugiarse con su familia y será este miércoles cuando regrese a los entrenamientos junto a todos sus compañeros. En las próximas horas Pepe intentará ponerse en contacto con Casquero y Albín para transmitirles su arrepentimiento y pedirles disculpas, e incluso está meditando la posibilidad de verlos en persona.
El Real Madrid va a sancionar económicamente a Pepe por la mala imagen que ofreció y el jugador está dispuesto a asumir la cuantía económica que le imponga su club.
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