Como si el Manchester United no atravesara suficientes problemas deportivos, José Mourinho tiene un nuevo frente abierto. Se llama Paul Pogba, el pasado verano se proclamó campeón del mundo con Francia y en su día tuvo el honor de ser el futbolista más caro de la historia. Aún es el mayor traspaso jamás pagado por su club: más de 100 millones de euros a la Juventus en 2016.

Unas horas antes de la eliminación del United en la Carabao Cup ante el Derby County, de segunda división, varios medios ingleses avanzaron que Mourinho había comunicado a sus jugadores que Pogba nunca más llevaría el brazalete, pese a ser hasta ahora el segundo capitán. "Paul no representa lo que un capitán debe transmitir en el United, el club está por encima de cualquiera", advirtió el entrenador.

A Mourinho, como se puede apreciar, no le sentaron nada bien las palabras de Pogba tras el empate en casa ante el Wolverhampton Wanderers en la Premier League. Un decepcionante final para una tarde que había comenzado de manera festiva con el regreso de Sir Alex Ferguson, felizmente recuperado, a la grada de Old Trafford.

"Siempre que jugamos en casa deberíamos atacar, atacar y atacar”, dijo el centrocampista. “Estamos en Old Trafford. Creo que los rivales se atemorizan cuando ven al Manchester United atacando continuamente. Ese fue nuestro error", criticó.

Por si fuera poco, Pogba subió un polémico vídeo a las redes sociales durante el partido contra el Derby County, poco antes de la eliminación. En él aparecía viendo el partido en un palco privado y riéndose junto a sus compañeros Andreas Pereira y Luke Shaw.

Tras el partido, Mourinho confirmó que había arrancado a Pogba los galones: "He decidido que Paul ya no sea más el segundo capitán. No hay más consecuencias, es solo una decisión que puedo tomar como entrenador y no tengo que explicar a nadie. La misma persona que tomó la decisión de quitarle de capitán es la misma que le convirtió en segundo capitán: yo”.

El encuentro entre ambos este miércoles no ha sido muy amistoso, a juzgar por el gesto con el que Pogba reacciona a unas palabras del entrenador.

Mourinho ha mantenido relaciones tormentosas con algunos de sus futbolistas. En ocasiones, por asuntos graves, como cuando obligó a la plantilla del Chelsea a pasar un control antidopaje para detectar el consumo de cocaía de Adrian Mutu. El delantero rumano quiso desquitarse hace un par de años, cuando le calificó de “falso” y dijo que estaba “acabado” como entrenador.

En el Real Madrid pasaron a la historia sus tensiones con los pesos pesados del vestuario, en especial Iker Casillas, Sergio Ramos y Cristiano Ronaldo. Ni siquiera el hecho de compartir agente con el delantero portugués suavizó la relación, que vivió momentos muy tensos unos meses antes de la salida del técnico. El mayor tuvo lugar en un partido contra el Valencia, cuando Mourinho acusó a Ronaldo de perder muchos balones y no bajar al campo propio para echar una mano al resto de sus compañeros.