Tòfol Castañer, papá, currante y campeón

  • Este mallorquín no es deportista profesional.
  • Combina su día a día personal con su 'hobbie'.
  • Ha ganado una Copa del Mundo de Carreras por Montaña.
Tòfol Castañer, en una prueba
Tòfol Castañer, en una prueba
SALOMON SANTIVERI TEAM Y MOUNT KINABALU CLIMBATHON
Tòfol Castañer, en una prueba

Que el tiempo es oro bien lo sabe el mallorquín Tòfol Castañer (Sóller, 1972). El ganador de la Copa del Mundo de Carreras por Montaña, competición de cinco pruebas entre mayo y octubre, no sólo destaca por su regularidad, la que lo ha encumbrado en una disciplina de relevancia creciente, si no por su capacidad para combinar su pasión, su hobbie, con sus obligaciones familiares y laborales. Porque Tòfol (abreviatura, en mallorquín, de Cristóbal) no es profesional.

Él y su hermano Tomeu se hicieron cargo en 1992 del negocio centrado en el mundo del menaje del hogar y la hostelería que fundaron sus padres en 1973. "Lo primero es el trabajo –recalca– , y si no te involucras las cosas ni funcionan ni salen". Y luego, la familia. Susana, su esposa, y los pequeños Toni, de tres años y medio, y Xisca, de diez meses. "Correr por la montaña venía en el lote cuando nos conocimos y compró el pack –bromea al referirse a su esposa–. Lo cierto es que hace 15 años que no me entrenaba tanto como ahora y sin su ayuda y su apoyo todo sería imposible".

Tiempo para todo

El sino de muchos aficionados pasa precisamente por sacar el tiempo de donde sea. Como en Tòfol: "Si entro a las 9, me entreno un rato a las 7, antes de llevar al peque al cole e irme al trabajo; o entre las 2 y las 4. Y las tiradas largas las dejo para los fines de semana".

Con un pasado ligado a las pruebas atléticas de fondo en pista y sobre asfalto, un corredor por debajo de las dos horas y media en el maratón, con títulos autonómicos en el 10.000 metros y el medio maratón, Tófol, siempre amante de un monte muy cercano a su domicilio, se prendó de las carreras por montaña hace unos 15 años, en el Valle de Arán. Descubrió una prueba, mezcló turismo, curiosidad y deporte, hizo un buen resultado y pensó: "Igual no se me dan tan mal". Hasta hoy.

"Mucha gente me pregunta si voy a entrenar a los Pirineos y se sorprenden cuando les hablo de la Serra de Tramuntana y sus parajes", confiesa el balear. Lo mejor de la victoria en la Copa del Mundo, sin embargo, fue la medalla de papel que le fabricaron su hijo y sus compañeros en el cole. "El mejor trofeo", sonríe Tòfol. Un campeón absoluto.

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