La Unión Deportiva Las Palmas "podría entrar en causa de disolución", tal y como ha advertido su presidente, Miguel Angel Ramírez, si no se soluciona el problema generado por la negativa de algunos antiguos consejeros a firmar los avales requeridos para hacer frente a los pagos acordados en la Junta de Acreedores del pasado mes de enero.

Tal y como desveló Ramírez, los hermanos Domínguez y Lopesan, dos de los grandes conglomerados empresariales ligados a este proceso, siguen sin posicionarse "a favor de la salvación de la entidad", algo que genera una situación "de incertidumbre".

"Voy a mantener una reunión con Hacienda a finales de esta semana y espero poder ir con los avales de Angel Luis Tadeo y de Alfredo Morales -antiguos dirigentes de la entidad- para poder tener la mayoría de los diez millones de euros que ahora requerimos. Lo que me duele es que volvamos a vernos en una situación como ésta cuando todo parecía encaminado", reconoció el dirigente.

Ramírez confía en poder lograr "una solución definitiva", aunque subrayó que, de no haber cambios sustanciales en la problemática actual, "no quedará otro remedio que poner en manos del juez Cosme López la continuidad de la entidad".

"Desde dentro del club hemos hecho todo lo que se ha podido. Ahora esperamos encontrar la colaboración que en su día se comprometió", concluyó el mandatario.