Un bronce de consolación para compensar a Ortega

Orlando Ortega, con su bronce mundial de Doha 2019.
Orlando Ortega, con su bronce mundial de Doha 2019.
EFE
Orlando Ortega, con su bronce mundial de Doha 2019.

La historia tuvo final feliz, o cuanto menos, agridulce: Orlando Ortega se colgó la medalla de bronce de los 110 metros vallas del Mundial de Doha. El primer metal español... ¡y lo que costó! Unas 24 horas más o menos.

Noche del miércoles al jueves. Orlando Ortega rumia su amargura en soledad mientras la maquinaria de la Federación Española de Atletismo se pone en marcha para reclamar lo que es justo.

El vallista español había perdido horas antes la medalla, plata o bronce, porque el jamaicano McLeod había invadido literalmente su calle en los últimos metros de la final de 110 vallas.

La primera decisión llega pronto, con Doha todavía en penumbra: "El Jurado de Apelación se reunió y, tras revisar las circunstancias de la carrera, reconoció que el atleta español fue obstaculizado. El Jurado concluyó, no obstante, que este tipo de incidentes no es infrecuente en pruebas de vallas". En resumen, que sí pero no.

La cosa no queda ahí y la presión aumenta en cuanto el sol se anima a aparecer. La Federación sigue protestando y su presidente Raúl Chapado anuncia una segunda reclamación, con vídeos e imágenes. Además, el clamor de Ortega halla eco entre sus compañeros vallistas, también víctimas de las formas de Mcleod.

El ruso Sergey Shubenkov, subcampeón mundial, va más allá y llega a pedir incluso un plante. "Debería haber una calle 10 para (Omar) McLeod. Vi anoche a Orlando y estaba muy decepcionado. Y le comprendo. Bienvenido al club". Su entrenador, Serguéi Klevtsov, tampoco se corta: "Es un peligro social y no deberían dejarlo correr".

Llega el segundo escrito. El equipo de España solicita que, de conformidad con la Regla 163.2 a), se vuelva a celebrar la carrera o se permita al atleta competir solo. Si no se acepta la solicitud anterior, "el equipo de España solicita que, como un gesto deportivo justo, Ortega reciba la medalla correspondiente a su posición en el momento de la obstrucción". Es decir, que le den el bronce.

Los rumores no tardan en llegar y esta vez el run-run suena bien. "Eso he escuchado, que le van a dar el bronce pero no me fío, no es oficial", dice Chapado entre bambalinas. Y al final, llega la decisión: "El Jurado de Apelación reconsideró el caso y en vista de la obstrucción del atleta Omar McLeod en la final de 110 vallas, que impedía progresar al atleta español, el Jurado aceptó la Apelación y ordenó que el atleta español Orlando Ortega también reciba una medalla de bronce".

Son las 21.42 en España del jueves. 24 horas antes, Ortega lloraba desconsolado. "No puede ser, no puede ser, así no", se lamentaba ante la cámara. 24 horas después, sube al podio mundial para colgarse el bronce, feliz y agradecido al planeta entero. "Ha sido un día de muchos sentimientos, quiero agradecer a todos lo que han hecho por mí, a todo el pueblo de España. Muchas gracias, gracias, gracias". Ya lo decía él, no podía ser, era demasiado injusto.

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