Diecinueve clavadistas disputan desde este lunes el primer concurso de la historia de saltos de gran altura en los Mundiales de Natación de Barcelona. 14 son hombres, que se lanzarán desde 27 metros, y cinco mujeres, que volarán desde 18, en el Moll de la Fusta. Nadie mejor que Orlando Duque (10-09-1974, Cali, Colombia) para desvelarnos los secretos de esta disciplina. El colombiano ha sido nueve veces campeón de las Series Mundiales en el circuito de clavados extremos, patrocinado por Red Bull, ahora reconocido por la Federación internacional (FINA), y puede presumir de dos récords Guinness. El primero, por haber participado más veces en un mundial y el segundo, por haber logrado la más alta calificación en un campeonato, la perfección, el 10.

¿Nota la expectación con la que se está viviendo este primer campeonato de saltos de gran altura?

Sí, tanto en la gente y como en nosotros. Es un reconocimiento para nosotros. Por fin se han dado cuenta de que esto no es un espectáculo de unos pocos locos. Somos deportistas de élite.

¿Son buenas las vistas de Barcelona desde 27 metros?

No me fijo. Cuando voy a saltar, solo pienso en el salto. No  me distraigo echando un vistazo. Tengo que estar 100% concentrado. Cualquier distracción es muy peligrosa.

¿Cuál es el mayor peligro?

Los 27 metros en sí son una altura peligrosa, pero lo es más aún la dificultad de los saltos que vamos a hacer, con muchos giros y vueltas. Cualquier desorientación puede acabar fatal.

¿Hay una lesión típica para los clavadistas extremos?

Sí, la fractura de coxis. Creo que todos los clavadistas nos lo hemos roto. Es habitual cuando te pasas un poco de rotación y caes sentado, con lo que te rompes el coxis. Es basante doloroso, lento de recuperar e incómodo. Se tardan cuatro meses en volver a estar bien.

¿Entrar de cabeza en el agua es de locos?

Poca gente lo hace, creo que un par de personas en el mundo. El riesgo de lesión grave en la espalda es muy, muy alto.

¿Siente miedo?

Sí, sigo sintiéndolo, en menor medida que la primera vez, que fue aterrador. En realidad a mí me ayuda, me concentro más, y tenemos técnicas para controlarlo. Una gran parte de nuestra preparación es psicológica, pero el corazón se me sigue acelerando.

¿Cuál ha sido la mayor altura desde la que se ha tirado?

Desde 34 metros en un puente de Italia.

Supongo que no sufrirá vértigo.

No, pero sí respeto a la altura y al impacto con el agua. Me gusta sentir ese respeto para mantenerme concentrado en los pasos que tengo que hacer.

¿Y qué siente mientras está saltando?

La sensación que más me gusta es la de la velocidad. Siento el viento en la cara, la aceleración...

¿Y qué velocidad alcanza?

85 km/h. De 0 a 85 en tres segundos. Por muy bien que entres al agua, siempre se siente un poco de dolor.

¿Usted es tan atípico que compite con pelo largo?

Siempre lo he llevado así desde 1996. Me da pereza cortármelo, así que cuando lo tengo largo, solo me lo tengo que cortar cada seis meses. Si lo tienes corto, tienes que arreglártelo cada dos o tres semanas para tenerlo bien.

¿Si gana el oro se lo cortará?

No. No he hecho ninguna promesa de ese tipo. Seguiré teniendo el pelo largo, gane o pierda.

¿Es usted el máximo favorito?

No creo. Hay un grupo de 5 o 6 que podemos ganar, como el británico Gary Hunt, el ruso Artem Silchenko o los estadounidenses Steve LoBue y David Coltur. Ganará el que menos errores cometa.

¿Cuando está de vacaciones también busca rincones desde los que lanzarse?

Normalmente descanso y me relajo, pero si encuentro un sitio que me gusta, no lo dudo.

Por último, cómo está viviendo el proceso de paz entre el Gobierno y las FARC?

Ojalá funcione. El país lleva muchos años en conflicto y necesita una solución. El Gobierno quiere. Espero que la otra parte también.