La afición del Atlético de Madrid ya no tiembla cuando ve que atacan a su equipo. Saben que bajo los palos está un portento más que un portero. Jan Oblak se ha consagrado en el equipo de Simeone, cuyos éxitos no se entienden si no son con él sacando balones imposibles o demostrando que, en el uno contra uno, pocos en el mundo los hay con sus reflejos. Que se lo cuenten a Gelson, del Sporting de Portugal, que probó en sus carnes lo que es quedarse ante el muro esloveno y se topó con su guante.

Oblak ha reabierto un debate que, ahora mismo, tiene más opciones que nunca: ¿quién es el mejor portero del mundo? En todas las quinielas aparece su nombre. Bien bajo palos, bien con los pies, excelente en el uno contra uno, sublime por alto... Oblak tiene hechuras de portero de largo recorrido, y aunque ofertas no le faltan, de momento y para bien de los atléticos sigue fiel al ejército comandado por Simeone.

Ante el Sporting tuvo poco trabajo, pero el que tuvo lo resolvió con creces. Además de sacar una mano imposible frente a Gelson, se tiró al suelo para desviar un disparo de Montero que habría dado aire al Sporting de Portugal de cara a la vuelta en casa. Corría el minuto 92, ese maldito para los colchoneros desde su último partido europeo de nivel, precisamente en Lisboa, en aquella final de Champions contra el Real Madrid.

En esta semana de partidos europeos no ha sido el único en reivindicarse. La portería alemana cuenta con el barcelonista Ter Stegen entre sus seguros. La actuación del portero que ha barrido a Manuel Neuer -cuya lesión le ha sacado de los pensamientos inmediatos de Joachim Löw para Rusia 2018- convierten al Barcelona en el segundo equipo menos goleado en la Liga y en un seguro en la Champions. Él mismo se define como un soluciona problemas, un 'señor Lobo': "Lo importante cuando hay pérdidas es resolver la situación, y hoy lo he conseguido", afirmaba después del partido contra la Roma.

Si el Barcelona no es el equipo menos goleado en España, en buena medida se debe a Keylor Navas. El portero que se quedó en el Real Madrid por un fax que no entró a tiempo sigue demostrando partido a partido que mientras defienda la camiseta blanca, no se van a encontrar argumentos para sacarle de ahí. Seguro que Gonzalo Higuaín ya ha añadido a su lista de monstruos de pesadillas al costarricense, cuya actuación en el Juventus-Real Madrid no se ganó los titulares porque a Cristiano Ronaldo se le ocurrió sacarse de la chistera el gol del año.

Si los porteros de los equipos españoles están, por méritos, en lo más alto, hay otros que han bajado de ahí por deméritos. Uno de ellos sigue siendo una leyenda del fútbol, y lo será hasta que se vaya, pero cada vez queda menos de él. A Gianluigi Buffon cada vez le pesa más el tiempo y los años que lleva en el fútbol. Su despedida de la selección italiana será más pronto que tarde y aunque en la Juventus sigue siendo un fijo, contra el Real Madrid se le vio de nuevo más lento de lo que la memoria reciente dice. Fue más de lo que es.

Otro de los que no sale bien parado de los compromisos europeos es uno de los candidatos a sacar a Navas de la titularidad blanca. El romanista Alisson Becker está en la agenda del conjunto blanco y cuenta con un futuro muy amplio (Tite le tiene como un fijo en la Brasil de la generación de Neymar, Coutinho y compañía), pero el diagnóstico generalizado es que aún le queda bastante cocción. Ante el Barcelona pudo hacer más, toda vez que la suerte de los goles en propia puerta no siempre acompaña.

Entre medias de los que suben y bajan están nombres como el de David de Gea, incuestionable en el Manchester United y en la Selección española, o el presumible gran relevo para Buffon en la 'azzurra', Gianluigi Donnarumma, cuyo nombre se vincula al del PSG para la próxima temporada.