Debutante en un mundial y oro, ¿lo celebró?

No mucho, tomé algo con el equipo y a dormir. Ahora me pillas bebiéndome un café con mis amigos en Langreo.

¿Por qué uno de los deportes con más federados de España no es aún olímpico?

Eso no lo sabe nadie. Somos una potencia y aseguraríamos medalla, pero mientras otras selecciones, como Francia, se gastan 200 millones en preparar unos mundiales, nosotros sólo calderilla.

¿Puede vivir del kárate?

Aquí, imposible. En Francia, Turquía o Italia, sí.

Entonces trabaja...

Sí, en una clínica de fisioterapia. No me ponen ninguna pega para competir.

¿Ha tenido que usar el kárate en la calle?

Por suerte, jamás.

¿Cómo empezó?

Me apunté con mis amigos a kárate en el colegio y aún sigo entrenándome con ellos.

¿También conoció de esta forma a su novia?

Sí, conocí a María (Roces) haciendo kárate en las concentraciones de la selección asturiana y surgió algo.

¿Compitió de pequeño con Fernando Alonso en karts?

Sí, y ya era un fuera de serie. Sólo era capaz de ganarle al futbolín y al pin-pong.

¿Cómo es?

Siempre ha tenido una personalidad fuerte. No ha cambiado.