Radja Nainggolan, centrocampista del Inter de Milán, ha sido temporalmente suspendido por el club, según ha informado en su página web la propia entidad. Según expresan, son "razones disciplinarias" las que han obligado a tomar esta decisión, sin entrar en detalles de qué razones son en concreto.

Lo que se enconde tras esta decisión tomada a sólo un día de Nochebuena es la continua falta de puntualidad del belga. Nainggolan no es de los primeros en aparecer a las jornadas de trabajo que convoca Luciano Spalletti, un férreo defensor de la disciplina como método de trabajo. De hecho, la suspensión llega el mismo día en el que Nainggolan se retrasase por enésima vez para el entrenamiento de este domingo, horas después de que el Chievo Verona les empatase 1-1 en el descuento.

En el Inter no han tenido la paciencia que sí ha tenido el Barcelona con Dembélé. Si bien el belga es mayor (tiene 30 años, por 21 años del francés), a Spalletti no le ha temblado la mano para tomar medidas ante sus continuas indisciplinas. En los despachos del Camp Nou, sin embargo, han zanjado la cuestión con una multa económica, cuya cantidad no se ha llegado a confirmar pero que varía de 100.000 a 200.000 euros en función de la fuente consultada.

La vida de Nainggolan no es, ni mucho menos, ejemplar. Hace unas semanas, él mismo admitió que no puede volver a casa después de un partido, sino que prefiere irse a divertirse con sus amigos. Esta vida díscola ya le costó quedarse fuera de la convocatoria de Robert Martínez con Bélgica para el Mundial de Rusia, en el que los 'Diablos Rojos' acabaron terceros mientras Nainggolan veía los partidos por televisión.