Tras recibir el trofeo de manos de Rod Laver el suizo no pudo dar las gracias al público y a la organización y rompió a llorar, una imagen poco habitual del "número uno" mundial.

La escena conmovió a Nadal, que hoy vuelve a la competición tras casi cuatro meses alejado por problemas físicos, según ha declarado al diario francés 'L'Equipe'.

"Le costó mucho ganar ese título y superó momentos difíciles. Sé lo que significa ganar un Grand Slam con una fuerte presión, me pasó el año pasado en Roland Garros. Cuando ganas hay una caída de la tensión que no puedes dejar de llorar", afirma el joven tenista español.

De su vuelta a la competición apunta que lo pasará mal en los primeros partidos, debido a la desconfianza, pero señala que "es preciso aceptar con humildad lo que pase al principio".

Con vistas al futuro, su plan es "no sufrir más y terminar la temporada entre los ocho primeros para ir al Masters" (en 2005 se lo perdió, a pesar de ser el segundo en la ATP, por la lesión).